Por: Sebastián Garrido
Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos
En los sistemas puramente mayoritarios es común observar que el porcentaje de curules asignadas a los partidos políticos es significativamente mayor o menor al porcentaje de votos que recibieron. Este fenómeno se conoce como desproporcionalidad. Si bien en México tenemos un sistema mixto, con 300 diputaciones de mayoría relativa y 200 de representación proporcional, la desproporcionalidad no es algo ajeno. En cada elección algunos partidos reciben un porcentaje de escaños significativamente mayor o menor al porcentaje de votos que recibieron en las urnas.