Por: Guillermo N. Murray Tortarolo
Ilustración: Estelí Meza, cortesía de Nexos
México es un país de vacas, hay 35.6 millones de reses rondando el territorio del país. Esto equivale a algo así como una por cada cuatro habitantes en todos los rincones de México. Hay vacas en el desierto, en las montañas, en los bosques y las selvas, en el norte, el sur, el este y el oeste de esta bella nación. Sus números son superados por el asombroso número de perros, con 43.8 millones, y el ridículo número de pollos, con 591 millones ¡Que se traduce a cinco pollos por persona! No obstante, las vacas ganan con creces frente a las demás especies domesticadas en dos aspectos. En primer lugar, en términos de la remuneración económica que generan. Segundo, en el área total del país que destinamos para su desarrollo. En este escenario, de una alta dependencia económica y espacial del medio rural a la ganadería, el cambio climático representa una amenaza latente para la seguridad alimentaria de México y el bienestar humano.