Por: Rodrigo Limón
Ilustración: Estelí Meza, cortesía de Nexos
Abrir la posibilidad de no realizar el proyecto ganador de una consulta es quitar la participación ciudadana de la ecuación del presupuesto participativo. En los hechos, el presupuesto pasaría a ser una decisión totalmente gubernamental y se eliminaría la participación de las vecinas y los vecinos sobre proyectos que representan un monto marginal de los recursos de las alcaldías. Esta acción atenta contra la democratización del presupuesto y las bases con las que se ha construido una política de participación durante los últimos años en la Ciudad de México y sienta un precedente preocupante: las consultas ciudadanas son o no válidas dependiendo de algún factor externo
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