Por: Tania Ramírez
Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos
La gran interrogante es cómo todo esto pasará de la lista de buenos deseos a la realidad, pues no es un secreto que AMLO se ha resistido a pronunciarse en la materia. El impulso a la regulación de la cannabis vino desde la ministra Sánchez Cordero e incluso de legisladores de su partido. De aprobarse, será porque las decisiones de la SCJN obligan al Poder Legislativo, pero no necesariamente por el impulso del Ejecutivo. Aunado a eso, sus pocas menciones al respecto han sido desafortunadas: ha dicho, por ejemplo, que hay una relación entre consumo y comisión de delitos, se ha pronunciado por campañas de “no a las drogas” (muy en la lógica nixoniana) para las cuales quiere ser asesorado por el gobierno de Estados Unidos y hasta ha insinuado que el consumo de drogas es síntoma de debilidad.