Por: Daniela Rentería y Diana Villegas
Ilustración: Ricardo Figueroa, cortesía de Nexos
La experiencia educativa y la capacidad intelectual de Lorena y Cristina son condiciones de vida que han permitido algunas rupturas intergeneracionales sobre la configuración de “ser mujer” para nuestras colaboradoras, tales como: la decisión de estudiar más allá de la formación básica, es decir, llegar a la universidad e incluso a un nivel de posgrado, porque eso no es común en sus entornos familiares; y la visión a futuro sobre sí mismas sin una pareja y sin hijos porque es una decisión poco común entre las mujeres de su familia. A partir de estas rupturas podemos observar que si bien ellas han vivido experiencias de discriminación, racismo y sexismo al igual que los demás miembros de su familia, gracias a la negociación simbólica entre los usos y costumbres del lugar de origen familiar y la experiencia de vida en el lugar de destino, tienen mayor capacidad de agencia para hacerles frente y desestabilizar las relaciones de opresión y desigualdad.