Por: Naxhelli Ruiz Rivera
Ilustración: Patricio Betteo, cortesía de Nexos
La gestión del riesgo requiere acciones integrales, transversales, coherentes y coordinadas entre los diferentes entes de gobierno y la sociedad civil organizada, basados en principios de inclusión y de escenarios de amenazas múltiples. El sismo de 2017 le mostró a nuestra ciudad la urgencia de contar con una institucionalidad diferente, que le permita al Estado recuperar la capacidad de tomar decisiones en el ámbito urbano que en los últimos ha cedido a las presiones y dinámicas del mercado inmobiliario. La Ciudad de México debe incorporar esas lecciones en su vida pública y tomar el desastre como una oportunidad para el desarrollo urbano sostenible.