Por: Rafael Díaz Hernández Rojas
Ilustración: David Peón, cortesía de Nexos
Hablar del proceso de comprobación científica parece bastante ocioso, pero la pandemia de covid-19 es un triste recordatorio de lo importante que es no perder de vista que el conocimiento científico se adquiere y establece de manera gradual (por eso hablo de un proceso). Recordemos cómo en los primeros meses de la pandemia se nos recomendó desinfectar superficies, y el uso de cubrebocas sólo era sugerido a las personas con síntomas. Dichos consejos no se hicieron por ignorancia, sino con base en el conocimiento que se tenía de otros virus. En cambio, conforme hubo más evidencia de que el mecanismo más eficiente de transmisión del SARS-CoV-2 es por los aerosoles que emitimos, incluso respirando, la invitación de las mismas personas expertas (virólogos, epidemiólogos, especialistas en salud pública) cambió por completo: todos tenemos que usar cubrebocas, los asintomáticos también son contagiosos y las superficies no son un medio preocupante de transmisión.