Por: José Woldenberg
Ilustración: Alberto Caudillo, cortesía de Nexos
Nuevo orden, de Michel Franco, es una película potente. Se trata, como el propio director lo ha dicho, de una distopía que recreando algunos rasgos sobresalientes de nuestra vida en común y llevándolos al extremo generan una auténtica pesadilla. No pretende retratar la realidad, pero de ella se nutre. No necesariamente tiene que ser el futuro, pero puede ser el futuro. La película desconcierta y sacude por ello. Porque contiene referencias visibles a nuestra cotidianidad pero, en una vuelta de tuerca preocupante, las proyecta hacia una eventual espiral de violencia que acaba con lo mucho o poco que tenemos de convivencia civilizada.