Por: Alejandro Escalante
Ilustración: Patricio Betteo, cortesía de Nexos
En las elecciones de 2018, López Obrador prometió que su gobierno sería el más transparente de la historia. Una de sus primeras acciones para distinguirse fue establecer las conferencias matutinas, en las que todos los días ofrece una conferencia ante medios de comunicación. Estas rápidamente se convirtieron en generadores de notas y reportajes para la prensa. El gobierno sostiene que esta es una medida de transparencia; sin embargo, pareciera ser un modelo de transparencia populista. Esta forma de comunicación aparenta que se rinden cuentas porque son el presidente y los secretarios de estado quienes contestan preguntas. Se proyecta esta idea de “dar la cara” o “de no esconderse”. Lo cierto es que la transparencia populista de las conferencias matutinas tienen beneficios para el gobierno en turno. Esta comunicación pública provocó cambios cuantificables en la confianza y opinión de las personas desde el primer año de gobierno. Sin embargo, los escándalos de corrupción persisten. Todavía hay casas grises de los hijos del presidente y desfalcos en Segalmex. Actualmente, sólo siete de cada diez bases de datos están actualizadas y 16% del total de estas bases de datos no se pueden consultar.