Por: Enzo Nussio y Pablo Parás
Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos
Las reacciones del público frente a los linchamientos reportados son tan contradictorias como el fenómeno mismo. Por un lado, se celebran las golpizas colectivas a los ladrones que asaltan a combis en el Estado de México. Un caso del año 2020 se convirtió en memes que ridiculizan a la persona linchada, quien quedó tirada en el piso sin ropa; en las redes, los linchadores fueron elogiados como “héroes”. Por otro lado, el público se escandaliza cuando se trata de violencia extrema contra personas claramente inocentes. Este fue el caso reciente de un joven profesionista y colaborador de un partido político quemado en Huauchinango, en el estado de Puebla, falsamente acusado de ser un “secuestrador de niños”. En este tipo de casos los linchadores son calificados de “bárbaros”.