Un viaje literario al corazón de Rusia

Cuando era joven Rusia no sólo estaba aislada, por lo que era misteriosa, sino que se presentaba como nuestra antítesis: nosotros éramos libres, los rusos oprimidos; nosotros éramos buenos, los rusos eran malvados.

Rusia es una tierra de historias del zar y su pueblo, de Lenin y la revolución.
Nexos
Ciudad de México /

Por Karl Ove Knausgård

Ilustración: Izak Peón, cortesía de Nexos

Rusia es una tierra de historias. Historias del zar y su pueblo, de Lenin y la revolución, de la Gran Guerra Patriótica; de la transformación de una tierra atrasada en un poderoso y moderno Estado industrial; del Sputnik, de Laika, de Gagarin. Luego vinieron las historias del régimen de terror de Stalin, la de un país que se anquilosó y se estancó y que eventualmente colapsó, la historia de Vladimir Putin, el oficial de la KGB que ascendió al poder en medio del caos y restableció el orden. ¿Y cómo lo logró? Con historias del pasado, recontadas de tal manera que todo en ellas conduce y justifica a la Rusia que existe hoy.

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