Una valoración no centralista del quinquenio de la 4T

La gran innovación de la 4T ha sido discursiva y simbólica, algo fundamental en la política, marcada por las imágenes y las pasiones. Pero en la práctica hay mucho más continuidades que cambios.

La evaluación de los efectos reales del gobierno sobre la vida de los ciudadanos muestra un balance mixto. | Patricio Betteo
Nexos
Ciudad de México /

Por: Alberto J. Olvera

Ilustración: Patricio Betteo, cortesía de Nexos

El presidente López Obrador ha cumplido cinco años en el gobierno. Dada la naturaleza presidencialista y populista del régimen, la atención de los analistas a la hora de hacer balances se concentró en el discurso presidencial, las políticas del gobierno federal y las dinámicas políticas nacionales generadas por el presidente y su instrumento político, el partido Morena. Sin embargo, la experiencia concreta de los ciudadanos en el trato con el gobierno se produce en tiempos y espacios específicos, casi siempre de orden local, cuyo estudio queda con frecuencia fuera del campo de visión de los macroprocesos antes mencionados. Propongo tomar una mirada diferente, que parta de lo local. Al hacerlo, el panorama cambia radicalmente. Lo que parece un gobierno federal con un líder muy popular y una valoración positiva, se torna en lo local en una opinión crítica, hartazgo en muchos sectores sociales y franca desesperación en las regiones violentas. Sin duda, un amplio sector de la población está agradecida por los subsidios. Pero el balance es mucho más complejo de lo que indican las encuestas.

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