Por: Angélica Ospina Escobar
Ilustración: Patricio Betteo, cortesía de Nexos
Los relatos dan cuenta de la ambivalencia de las y los familiares de personas en prisión frente a las medidas adoptadas por los centros penitenciarios para controlar la pandemia. Por ejemplo, aunque están de acuerdo con los filtros y controles a las visitas, en la práctica percibieron la aplicación de estas medidas como arbitrarias y generadoras de nuevas prácticas de corrupción y marginación al interior de los penales. Al respecto, estos relatos permitieron documentar, primero, que la aplicación de esas medidas fue mucho más estricta en los penales de mujeres que en los de varones y, segundo, que las autoridades penitenciarias utilizaron la intimidación de las internas y sus familiares para contener la queja y la movilización de los colectivos de derechos humanos frente a las situaciones que se estaban viviendo en las prisiones femeniles.