Vigilar y cancelar. Michel Foucault y la lógica de la cancelación

El filósofo francés es acusado póstumamente de pedofilia. La discusión pública gira en torno a si debemos “cancelarlo” o no.

Más de uno, como yo sin duda, escribe para perder el rostro (Patricio Betteo)
Nexos
Ciudad de México /

Por: Imanol López

Ilustración: Patricio Betteo, cortesía de Nexos

En sus efectos prácticos, la cancelación en redes sociales se parece mucho a lo que Foucault apuntaba sobre el panoptismo en Vigilar y castigar. Como recordarán, el Panóptico—una propuesta arquitectónica carcelaria del filósofo británico Jeremy Bentham— consiste en una torre central desde donde se pueden vigilar celdas colocadas alrededor. Desde la torre se pueden vigilar todas las celdas, pero desde éstas no se sabe si alguien te está observando o no, aunque las personas encerradas en las celdas se asumen como siempre vigiladas. Foucault estudia este diseño para explicar el funcionamiento de nuestra sociedad, a la que califica como “disciplinaria”; es decir, la exigencia de vigilancia permanente no se limita a la cárcel, sino que atraviesa el tejido social. Autores como Byung-Chul Han sugieren que este modelo panóptico ya resulta inoperante en el mundo actual, porque en la sociedad mundial del siglo XXI somos nosotros mismos quienes nos vigilamos mutuamente y no una instancia exterior. Sin embargo, lo que Foucault quiso señalar del Panóptico es que no tiene que existir una entidad personalizada y externa de vigilancia para que el dispositivo tenga sus efectos de poder.

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