Al pasar por la avenida Chapultepec es normal sorprenderse de la cantidad de actividades que se encuentran en tanto en el camellón como en las calles aledañas, pero eso no siempre fue así, aquí te daremos a conocer un poco más de la historia de esta emblemática arteria de Guadalajara.
El recorrido del paseo está vinculado a la colonia francesa y su periodo de máximo esplendor, según el libro Guadalajara: identidad perdida del ingeniero Javier Hernández Larrañaga, al florentino Henry Louis ChiostryBori que hacia 1905 construye la Villa Toussaint (Chalet Ferreira) y posteriormente el Chalet Nigg, popularmente conocido como Casa Bell (1910), en lo que ahora sería la esquina de Vallarta y Chapultepec y que fue demolida en 1960. Otras obras destacadas del arquitecto en este paseo fueron el Chalet Martínez Gallardo y el Castillo Manzano.
A contra esquina se encontraba la Villa Normandía, el chalet que cambió en varias ocasiones de manos y fue fraccionada, pasó de los Schneider a los Cuzin y finalmente a los Quevedo, para terminar demolida y convertida en un banco.
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En cuanto a la vialidad, uno de los detonantes fue el traslado de la sede de la Escuela de Artes y Oficios (que iba desde Juan Manuel y Pedro Buzeta hasta la Avenida Hidalgo). Al edificio se le conocía como “Espíritu Santo” y fue construido por el canónigo Manuel Azpeitia y Palomar. Hacia 1922 esta institución se convirtió en la Escuela Politécnica hasta que fue desalojado por los constitucionalistas. Posteriormente llegó a ser Colegio Salesiano; a finales de agosto de 1938, gran parte del edificio fue demolido.
En la zona había una gran arboleda se aprovechó para hacer un paseo que iba desde lo que hoy es la calle Juan Manuel hasta Morelos, que durante la etapa imperialista recibió el nombre de Napoleón y que la extensión de la comunidad francesa y la consiguiente urbanización de la colonia, dio por contraposición el nombre a la calle de Lafayette, en honor del marqués de Lafayette (1757-1834), un noble y revolucionario liberal antiimperialista que apoyó a los norteamericanos contra los ingleses.
Después de la demolición del Colegio Salesiano, permaneció la parte central de la finca, que fue ocupada primeramente por la Escuela Hijos del Ejército y después fue sede de la Escuela Militar de Aviación (1939). Lo que dio pie al cambio de nombre de Lafayette a Chapultepec y posteriormente a que se construyeran monumentos como las esculturas dedicadas a los Niños Héroes, así como la Glorieta de los Niños Héroes pocos años después (1947), realizados por el escultor Olaguibel (autor de la Diana Cazadora del Paseo de la Reforma y del Pípila de Guanajuato) y del arquitecto Vicente Mendiola Quezada.
En 1948, durante el gobierno de Jesús González Gallo se efectúa la urbanización de la colonia y se encargó la construcción de la avenida al arquitecto Julio de la Peña.
Hacia los años 50, los camellones de la avenida eran un punto de encuentro y diversión de los jóvenes que lo usaban para patinar.
Hacia los años 60, con motivo de la ampliación de las vialidades y los fraccionamientos de las fincas, se demolieron muchas de ellas. En esa época la Cámara de Comercio se situó en la Avenida.
Quizá el cambio más significativo en los tiempos más recientes se dio en 2004 cuando el presidente municipal Emilio González Márquez tomó la iniciativa de convertir el paseo en un corredor cultural. Cada sábado los camellones de esa tradicional avenida y las calles transversales se vistieron de toldos, danza, teatro, música, venta de artesanías, libros, pinturas. En el 2011 este lugar se convirtió en el escenario del festival gratuito de música 212 RMX.
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Actualmente, hay actividades recreativas y culturales a lo largo del camellón, desde los puestitos de artículos artesanales como cuadernos cosidos a mano, ropa bordada, pipas talladas en madera, collares y anillos.
A lo largo del camellón, también se escuchan bandas tocando covers de rock o componiendo su propia música, raperos, grupos de salsa, skaters, toda clase de patinadores, en especial los domingos que es un eje de la Vía RecreActiva.
Una de las apropiaciones populares más recientes fue cuando algunos colectivos y manifestantes dieron el nombre de “Glorieta de las y los Desaparecidos”, como exigencia de justicia y demanda de seguridad o el tendedero antimachista en el que los colectivos feministas colgaron fotografías y protestas contra los acosadores.
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