Los perros son animales sumamente rutinarios que son susceptibles al estrés cuando ocurren cambios bruscos en su cotidianidad como fue la jornada de distanciamiento social. Ahora, con la nueva normalidad el mejor amigo del hombre se enfrenta a un nuevo cambio.
“Algo que se espera mucho por parte de veterinarios y educadores caninos ahora que la mayoría regresemos a las actividades fuera de casa es que nuestros perros empiecen a presentar algo que se llama ansiedad por separación, esto se da cuando el referente (la persona con la que el perro está más vinculado) se ausenta de la casa”, explicó Carlos Alberto Mendoza, director de Gös Savi.
Tanto la ansiedad por separación como el estrés se pueden manifestar en síntomas como ladrido excesivo, destrozos en el hogar y jardín, micciones y defecaciones en lugares inusuales, falta o incremento del apetito, lamido excesivo de patas o cola (algunos llegan a lesionarse) y disminución o aumento de la actividad, algunos de ellos incluso muestran hiperactividad.
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Existen diferentes medidas que se pueden tomar para disminuir el estrés, siendo la principal el enriquecimiento ambiental que le permita al animal obtener diferentes estímulos, distraerse y ejercitarse. Mendoza enlista varias actividades, comenzando por el paseo “por lo general todos los perros necesitan un paseo, oler y ver cosas diferentes, interactuar con otros seres vivos fuera de casa”.
También recomienda actividades de olfato, como esconder premios en lugares accesibles para ellos; o la incorporación de juguetes “sobre todo para que ellos puedan satisfacer su necesidad de mordisqueo… este acto los relaja bastante”.
Adicionalmente menciona sesiones de aprendizaje donde el perro pueda realice actividades o trucos sencillos apoyado con un videotutorial o un educador canino.
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Además del enriquecimiento ambiental, Mendoza comenta que es importante tener momentos en compañía de nuestras mascotas, así como equilibrarlo con tiempos en solitario “buscar momentos y espacios en los que nuestros perros estén solos, aunque nosotros estemos en casa”.
Para acostumbrar a las mascotas a la ausencia, el educador sugiere realizar salidas simuladas “la pauta sería empezar a hacer estas salidas con pocos minutos, regresar, no hacerle mucha fiesta, esperar a que se tranquilice poquito y ahora sí brindarle la atención”.
Otra estrategia que puede ayudar a las mascotas es comenzar a establecer una rutina que se pueda mantener una vez que se incorpore a la nueva normalidad “ya tenemos previstos ciertos horarios en los que nos vamos a ausentar de casa, empezar a hacer actividades con nuestros perros tomando en cuenta esos horarios… como puede ser empezar a incorporar paseos rutinarios a una hora en la que sepamos que se nos va a permitir”.
También se pueden reforzar estados de calma “unos minutos antes del horario en el que vamos a pensar que vamos a salir de casa en el futuro inmediato, darles unos cinco minutos de masaje, caricias muy relajantes y a la hora de regresar a casa igual”.
Finalmente, Mendoza nos recuerda “si nosotros pensamos que nuestro perro está incorporando ciertas conductas atípicas, anormales, irregulares, no dejemos de lado consultar a dos especialistas en particular: un etólogo clínico y un educador canino”.
LAT