El presidente Donald Trump amenazó a Guatemala con imponer aranceles a sus exportaciones y aplicar comisiones a las remesas por el bloqueo constitucional de un acuerdo de tercer país seguro, que la hubiera obligado a retener a los migrantes que atraviesan su territorio.
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Animado por el éxito que tuvo con México, que aceptó militarizar sus fronteras sur y norte, la pinza constrictora de Trump ahora aprieta a un país mucho más débil.
"Guatemala, que ha estado formando caravanas y ha enviado a Estados Unidos a un gran número de personas, algunas con antecedentes penales, ha decidido romper el trato que tenía con nosotros para firmar un necesario Acuerdo de Tercer País Seguro", escribió Trump en Twitter.
En efecto, la Corte Constitucional guatemalteca decidió que cualquier acuerdo para convertir a Guatemala en un tercer país seguro debía ser aprobado primero por el Congreso.
Si bien México no firmó dicho acuerdo, permitió recibir a los solicitantes de asilo devueltos por Estados Unidos y desplegó a la Guardia Nacional para contener a los migrantes, con el fin de evitar los aranceles.
Por ello, Trump elogió la cooperación de México:
“Acaban de poner 6,000 soldados (sic) en la frontera sur, su frontera sur. Y acaban de anunciar que van a poner 16,000 soldados (sic) en nuestra frontera sur…Y me alegro de no tener que aplicar tarifas en México. Me alegro. Estoy muy contento”.
Y mientras Trump está feliz con nuestro país, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) reprobó las políticas migratorias y de asilo que han implementado México y Estados Unidos para militarizar las fronteras.
En los hechos, Estados Unidos está imponiendo su voluntad a México y a Centroamérica, sin tener que negociar tratados migratorios con sus vecinos del sur.
Así lo hizo con el programa Remain in Mexico. Ahora lo hace con una declaración que busca frenar la afluencia de los centroamericanos que cruzan la frontera mexicano-estadunidense en busca de asilo.
Las autoridades estadunidenses devolverán a México a los guatemaltecos que no hayan buscado protección en México. Y nuestro gobierno dice que no puede hacer nada porque es una medida interna de Estados Unidos.
La estrategia estadunidense es crear entre Centroamérica y México múltiples barreras de contención. Si los gobiernos se oponen, Estados Unidos aplica extraterritorialmente sus leyes internas, amenaza con sanciones comerciales o suspende la ayuda.
Si Estados Unidos pudo doblegar a su principal socio comercial, lo hará con Guatemala, dependiente de las exportaciones y de las remesas, aún más que México.
Guatemala exporta a Estados Unidos azúcar, café y plátanos. Es el país centroamericano que más transferencias recibe, equivalentes a 66 por ciento de sus exportaciones.
El presidente Trump canceló la ayuda de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, por su sigla en inglés) al desarrollo de Centroamérica por no impedir el flujo migratorio.
Después de México, sigue Guatemala. Se extenderá la asfixia a todos los demás centroamericanos, si no hacen su tarea de frenar la migración.
gutierrez.canet@milenio.com
@AGutierrezCanet