Hace un año, el programa de Estados Unidos conocido como Permanezca en México (Remain in Mexico) inició en Tijuana con el primer retorno de migrantes centroamericanos solicitantes de asilo.
Desde entonces las autoridades migratorias estadunidenses han devuelto a México 61 mil solicitantes de asilo, mientras que el programa se extendió de Tijuana a Mexicali, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo, Matamoros y Nogales.
Luego se militarizó la frontera sur con Guatemala para evitar que ingresen más migrantes, tal como ocurrió hace unos días en el Suchiate, por las presiones estadunidenses, a cambio de nada.
Las personas que entraron a Estados Unidos por México de manera irregular son retornadas a México durante la duración de menos de un año de sus juicios migratorios. Si se calcula que solo 10 por ciento logra obtener asilo en la Unión Americana, la gran mayoría se quedará varada en nuestro país, o sea, unas 55 mil personas.
La mayoría de esas 55 mil personas no quiere quedarse en México, un país que no les brinda mejores salarios que en Estados Unidos, ni desea regresar a sus países a seguir viviendo en la pobreza y mayor violencia, pero al final no tienen más remedio que “permanecer en México”.
Al respecto, la organización American Friends Service Committee (AFSC), con sede en Filadelfia, publicó en noviembre el estudio “Diagnostico Entre Muros: solicitantes de asilo bajo los protocolos de protección a migrantes”.
La AFSC concluyó que la población retornada que esperaba una respuesta sobre su situación migratoria en territorio mexicano está en un limbo legal, lleno de desesperación e incertidumbre, “ya que la mayoría expresó haber sido víctimas de extorsión, secuestros, asaltos, agresiones físicas y sexuales durante su trayecto”.
La Coalición Pro Defensa del Migrante y el comité AFSC rechazaron las restricciones contrarias al derecho de asilo que tienen las personas extranjeras en Estados Unidos e hicieron un llamado urgente a un trato digno en territorio mexicano.
Piden al gobierno de México facilitar la inserción laboral, el acceso a los servicios de salud y educación, velar por la protección de la niñez y crear un programa de regularización permanente para las personas retornadas que decidan quedarse en México.
A ambos países solicitan que las personas bajo el programa Permanezca en México reciban un trato basado en el respeto de los derechos humanos.
Al gobierno estadunidense le exigen respetar el debido proceso y privilegiar la unidad familiar evitando la separación de familias.
A un año de la implementación del programa Remain in Mexico, el presidente Donald Trump logró dos importantes victorias: frenar la migración centroamericana y sustituir el TLCAN con el nuevo TMEUC, dos notables victorias políticas para fortalecer su aspiración a reelegirse en noviembre próximo. Y ahora vuelve a la carga por el objetivo de que México pague el muro, pronto sabremos cómo.
Y en nuestro país, entre cortesanos ignominiosos y censores timoratos, se alza la voz digna y lúcida de Porfirio Muñoz Ledo en favor de los migrantes.
El diputado de Morena recibió el respaldo presidencial haciendo eco de su reciente artículo en El Universal intitulado “Prohibido prohibir”, aunque el presidente dijo no va a cambiar su política migratoria.
@AGutierrezCanet