En el marco de la conmemoración del día de la Libertad de Expresión, vale la pena reflexionar sobre ello.
Si bien se trata de un concepto universal que abarca todos los ámbitos de la vida diaria, en la actualidad se vincula mucho con el trabajo periodístico para que la sociedad se mantenga informada de forma objetiva y veraz.
Es a través del periodismo que se preserva también la democracia, porque una sociedad bien informada, es una sociedad inteligente y libre.
Como cada año, sobran los mensajes, sobre todo de la clase política hablando de la libertad de expresión.
Palabras más, palabras menos… “que respetan la libertad para ejercer la profesión periodística”, “que respaldan la labor de mantener informada a la sociedad”, “que el periodismo es un noble oficio”, “que mantener informada a la sociedad es una gran tarea que construye democracia” y muchas frases que en el fondo resultan huecas.
En algunos estados de la República, ser comunicador es riesgoso.
Lo he escrito en otras ocasiones que basta escuchar quien pronuncia estos discursos románticos sobre la libertad de expresión y de reconocimiento del trabajo periodístico para descubrir que son, por lo general, los que más vulneran este derecho.
Son, (también por lo general), los que piden tu cabeza, los que te condicionan, los que te brincan, los que supuestamente te acusan, los que no te dejan preguntar, los que prefieren no ir a tu espacio porque te niegas a hacer preguntas a modo.
A veces son los funcionarios mismos, pero muchas, muchas otras veces, son los jefes de prensa, los que se suponen deben garantizar una comunicación lineal y se especializan en enviar mensajes sicilianos.
Nos merecemos un trato respetuoso y digno, el mismo que nosotros damos.
A veces los discursos no son solo bonitos, sino llenos de razón, pero deberían entenderlos sus jefes de prensa. Con eso nos bastaría.
¡Conste que estamos hablando de San Pedro de los Saguaros!
Pero lo que sí es importante reiterar es que en Multimedios refrendamos nuestro compromiso de informar de forma objetiva, sin apasionamientos y respetando los fundamentos del periodismo.
En este espacio, el ejercicio de la libertad de expresión lo atesoramos como la única vía para hacer comunidad y que nuestras audiencias se sientan respaldadas y encuentren resonancia.
Así lo hemos hecho y así lo seguiremos haciendo, sin dejarnos intimidar y sin usar esa libertad para provocar agravios.