Como expuse en el Recuento de los daños de hace dos semanas titulado “INM: Injusticia Nacional Migratoria”, ninguna autoridad había informado de la reparación del daño a las familias de los 40 migrantes fallecidos y 28 sobrevivientes del incendio ocurrido en la estación migratoria de Ciudad Juárez.
El fin de semana, cuatro meses y medio después de la tragedia, el INM difundió un comunicado titulado “Avanza atención a víctimas y recomendaciones tras sucesos en Ciudad Juárez”, informando lo que ha hecho desde entonces. Se lava las manos de lo ocurrido y se intenta parar el cuello con lo que ha aportado a las víctimas.
Irresponsablemente difunde el monto asignado a las 40 familias de los fallecidos, cuando debe ser confidencial por seguridad de los beneficiarios. Asegura que se trata de lo supuestamente acordado con la Comisión Nacional de Atención a Víctimas (CEAV). Una cantidad pareja, sin tomar en cuenta las necesidades de cada una de las familias, labor que la CEAV debió haber hecho.
Para el INM, los sobrevivientes y sus acompañantes están muy bien atendidos. Presume que paga hotel, alimentos, boletos de avión, atención médica, medicamentos especializados de alto costo; que hasta los ha llevado a la peluquería y paseado por la Basílica, plazas comerciales y sitios de recreación. Nada expone de la atención psicológica que necesitan, las heridas que les quedaron de por vida y que el objetivo de contribuir económicamente en sus familias está detenido por culpa de un crimen de Estado cometido en su contra en México. Vale la pena recordarle al INM que no ha cumplido las demandas de uno de los sobrevivientes, Enrique, y su esposa, Heidi. Que han pedido el traslado de sus hijos de dos y cinco años desde Guatemala.
¿Es digno vivir en un hotel? ¿Por qué nadie ha garantizado la estancia legal de los sobrevivientes y sus familias? ¿Qué solución han dado a los que quieren trabajar y tener un ingreso en México?
El INM sigue sin asumir la culpa de no haber prevenido el incendio ni auxiliado a los migrantes cuando ocurrió. Argumenta que todo pasó muy rápido, en tres minutos; que las llaves se perdieron y el fuego lo provocaron dos personas de origen venezolano, sin siquiera responsabilizarse de que el INM los metió ahí.
Para que no creamos que habrá impunidad, el INM recuerda que su titular, Francisco Garduño, está vinculado a proceso. Aunque no expone que sigue ejerciendo funciones a pesar de las omisiones que se le señalan.
Queda claro que lo que avanza en el INM es la injusticia.