Las motocicletas andan literalmente sueltas en calles de la Ciudad de México. Imagino que también las padecen en otras ciudades del país, pero ésta, la más poblada y transitada, es el ejemplo perfecto de lo que ocurre.
Ya no solo hay que cuidarse de sus ocupantes en los altos. Ni perderlas de vista en los espejos laterales y el retrovisor cuando vienen zigzagueando. También debemos estar a las vivas de aquellas en las que viajan dos ocupantes, pues los asaltos que cometen son el pan de cada día.
Son un peligro andando: se pasan altos, invaden carriles, circulan en sentido contrario y embisten a todo aquel que se les atraviese (incluidos peatones, ciclistas y autos).
En menos de dos meses, motocicletas circulando en sentido contrario han impactado uno de mis autos. Sí, dos veces y ¡el mismo! vehículo. En ambas ocasiones, mi auto iba a cruzar una calle, los automóviles que circulaban cedieron el paso y al atravesarlos, motos en sentido contrario lo impactaron por el costado.
Los dos motociclistas rebasaron a los autos, invadieron el carril en sentido contrario y no frenaron. Ninguno tenía seguro, que es obligatorio para responsabilidad civil y daños a terceros, pero la autoridad no lo exige y no les aplica sanción alguna si no lo tienen.
El primero evadió su responsabilidad y hasta quería una indemnización porque salió volando por su imprudencia. Testigos y los oficiales de tránsito le hicieron ver que tenía la culpa.
El segundo sí asumió la responsabilidad y afortunadamente pagó los daños.
Los oficiales, todos muy amables, vieron cómo los cruces en cuestión eran constantemente focos rojos ante las impericias de los motociclistas, que durante las horas que permanecimos atendiendo el siniestro, cometieron una y otra vez.
No hay quien les aplique el reglamento. Ni quien les exija contar con un seguro para que pague los daños de lo que destruyen. Todos debemos ser precavidos cuando andamos en las calles de ésta o cualquier ciudad en la que las motos representen un peligro.
Por eso, más vale estar prevenidos y siempre tener cuidado con las motos.
Y si ustedes son motociclistas y manejan adecuadamente, cuentan con seguro y hasta han sido víctimas de otros conductores, sabrán que no hay reclamo alguno, sino agradecimientos.