La Fiscalía General de la República busca a testigos clave del caso Ayotzinapa, como Édgar Damián Sandoval Albarrán, La Rana o El Güereque, presunto integrante de Guerreros Unidos que lleva prófugo desde 2014, a quien el 7 de febrero intentó detener en Cocula, Guerrero.
En el sexenio de Enrique Peña Nieto creyeron haberlo agarrado, pero se equivocaron de persona. La entonces CNDH lo exhibió y documentó en sus reportes sobre el caso. Aquel hombre fue puesto en libertad y nada se supo de la verdadera Rana.
En septiembre de 2023 obtuve y publiqué la única fotografía del sujeto. Un año después, en 2024, se giró una nueva orden de aprehensión en su contra, ahora sí con su nombre y apellido correctos. Fueron por él, pero parece que La Rana volvió a saltar.
Ex funcionarios con conocimiento del caso plantean que los agentes debieron planear mejor la actuación para lograr su detención. Simplemente llegaron preguntando a su domicilio. Debieron vigilar discretamente su casa y lugares que frecuentaba. Además de contar con una orden de cateo después de estar convencidos de que realmente estaba ahí. Pero lo que hicieron fue ir a tocar a su puerta. Evidentemente, no lo encontraron.
Hasta hace algunos años se creía que La Rana había huido a Estados Unidos. Si fuera el caso, ¿por qué la FGR fue por él a Cocula y “quemó” así la única herramienta judicial en su poder, dándolo por enterado de la nueva persecución en su contra? Se desconoce si a la par de la orden obtenida en México, se solicitó su detención con fines de extradición. Donde quiera que se encuentre, La Rana quiere evitar su detención y ya tramitó un juicio de amparo contra la orden girada en su contra.
El solo intento de cumplir una orden de aprehensión revela que la FGR está atendiendo la recomendación de la CNDH, que pedía “actuar en contra del verdadero Rana, partícipe de los hechos de la noche trágica de Iguala”.
Es importante que además de La Rana se busque y detenga a Juan Miguel Pantoja Miranda, El Pajarraco, que detalló lo ocurrido a visitadores de la CNDH en los días que estuvo detenido en 2018. Ambos revelarían datos clave de la desaparición de los normalistas. Sin presión por crear la llamada verdad histórica, de la época de Peña Nieto, o inventar una verdad alternativa, como en el sexenio de AMLO.
Que digan lo que saben y ayuden a confirmar o rebatir los datos que las autoridades tienen.