Un pintor me contó una historia: estaba en el despacho presidencial de Carlos Salinas de Gortari por un encargo que no viene al caso ahora y vio sobre su escritorio un documento con el logotipo de los Rolling Stones. Como el entonces presidente no llegaba, la curiosidad mató al artista y se acercó a ver qué era. Ni más ni menos que la autorización para el primer concierto de las Piedras Rodantes en México, el de la gira Voodoo Lounge, que llegó al Autódromo en 1995. Como lo pillaron de fisgón, se defendió conque era un gran aficionado al rock y le llamó la atención la lengua aquella sobre el papel.
Han pasado tres décadas desde entonces y casi cuatro de que con cierta timidez comenzó el país a abrirse a los conciertos de rock, de los que en la medianía de los ochenta sólo se contaba aquella serie de los Doors, debido a la gestión del hijo de Díaz Ordaz, más algo de Chicago, un falso Deep Purple, Police en un sitio limitado y Queen en el estadio Cuauhtémoc de Puebla. Con la secuencia de Carlos Santana en León, Rod Stewart en Querétaro y Bon Jovi en Guadalajara, los tres a plenitud y en la cima para cerrar la década, la dinámica comenzó a encarrilarse a partir de la siguiente.
Todo cambió con la autorización de esos eventos masivos en escenarios como el Autódromo citado, el Palacio de los Deportes, el remodelado Auditorio Nacional, el Toreo de Cuatro Caminos y hasta la Plaza de Toros México, que vieron pasar en aquellos años noventa a grandes leyendas del rock como Page & Plant, Eric Clapton, Billy Joel, INXS, Rush, Mark Knopfler, Paul McCartney, Sting, Scorpions, AC/DC, Aerosmith, Def Leppard, Elton John, Eagles, Jethro Tull, Kiss, Kansas, Pantera, Rammstein, U2, Iron Maiden y decenas y decenas de bandas que han ido ocupando otros foros, como el Estadio Azul y la Arena Ciudad de México.
Frente a semejante avalancha de opciones a escala nacional, entre las que hay veces que se debe elegir entre una u otra, porque son el mismo día, la semana pasada ocurrió lo insólito: un grupo conservador, del que se deslindó el propio clero potosino, quiso boicotear el concierto gratuito de Marilyn Manson en San Luis Potosí. Hay gente que se quedó en un bucle del siglo XX.