El gigante del comercio electrónico Temu, plataforma fundada en Boston en 2022, con sede en China, ha representado un desafío para competidores como Shein, al que de acuerdo con un reporte de Financial Times le arrebató buena parte de proveedores este año, y Amazon, que ha lanzado una campaña en fechas recientes para pelearle mercado.
En esa aplicación puede el consumidor encontrar lo que se le ocurra, aunque se ofrece de manera oficial como “vendedora de productos de moda, electrónica, uso doméstico, belleza, juguetes y no alimenticios con grandes descuentos” y que, en su mayoría, son enviados desde China a cualquier rincón del mundo.
Dentro de la categoría “no alimenticios” cabe todo, como uno de sus más recientes productos, ofrecido como “pegatinas”, con la peculiaridad de que son cuatro calcomanías para colocar sobre cualquier tarjeta de crédito, de fácil aplicación e igual despegue sin dejar residuos, con los retratos de Joaquín Guzmán Loera, ese durante su presentación en Almoloya en su primera aprehensión, y de Ismael Zambada, tomado de la edición de Proceso que daba cuenta de la charla de Julio Scherer con el capo.
“Juego de cuatro piezas de pegatinas de tarjeta de crédito, interesantes y creativas, antihuellas dactilares, antiscratch, ultrafinas e impermeables”, se lee en la descripción del producto, consistente en un juego de cuatro piezas que muestran en blanco y negro a los dos capos con un valor exhibido de mil pesos, el logotipo del Banco de México y la leyenda “Ranchero Chido Brand”, además de un número de serie, habrá que suponer, al azar.
El usuario puede elegir entre la calcomanía que cubre toda la tarjeta, dejando libre el espacio del chip de lectura, o cubrir solo la mitad superior del artículo para que se pueda leer el nombre del cuentahabiente y su número de plástico. Sus medidas son de 12.4 centímetros de alto por 18.3 de alto y su costo es de solo 58 pesos con 12 centavos.
Más aún: más barato, el juego de cuatro calcomanías con una reproducción del billete de 50 pesos del Banco de México, con el ajolote y todo el trabajo gráfico del original, cuesta apenas 56 pesos con 74 centavos, del que ya solo quedaban anoche ocho piezas. ¿Qué le parece, estimado lector?