Después de algunas semanas de búsqueda infructuosa por fin hallé, en el espacio del FCE en la Feria del Libro de Coahuila 2025, el título Historia del diablo: siglos XII-XX, de Robert Muchembled, en el que hay, además del pormenorizado estudio sobre esa figura que nos ha acompañado por siglos, un recuento de los diferentes nombres que le han impuesto en diversas culturas.
Ya el novelista Chuck Palahniuk había ensayado esa tarea en su libro Condenada (Random House, 2015), en el que la adolescente Maddy se va al infierno y debe lidiar, armada apenas de su humor negro del siglo XX, con otros muertos y demonios variopintos a los que conoce bien una de las amistades recién hechas allá abajo, quien describe con lujo de detalle vida y obra de cada uno de esos seres maléficos que responden a distintos apelativos, pero diablos al fin.
En tono más serio, Muchembled aborda el tema con la advertencia de que Satanás entra en vigor en una época tardía de la cultura occidental, pues si bien los elementos dispares de la imagen demoniaca existían desde hacía mucho tiempo, consignado en el Nuevo Testamento como “el separador”, solo alrededor del siglo XII ocupan un lugar decisivo en las representaciones y en las prácticas.
“Evocado por los eruditos de la época como una fuerza oscura sometida a la omnipotencia divina, Satanás tardó en encarnarse completamente en el rol aterrador que le había sido atribuido desde la Biblia”. Aun así, el ensayista nos recuerda que hubo tiempos en que el personaje adoptó nombres hasta amigables, lejanos a los Satanás, Lucifer o Belcebú en la Biblia y otras fuentes.
Old Horny, Black Bogey, Lusty Dick, Dickens, Gentleman Jack, Good Fellow y Robin Hood en inglés, Charlot en francés o Heinekin y Hämerlin en alemán, todos estos nombres acudían a denominaciones familiares y diminutivos que, como dice el autor, aproximaban a estos diablos al hombre, limitando el temor que podían inspirar. Curioso también es saber que el personaje se popularizó mucho menos por el arte y más por el invento crucial de la imprenta.