Cuando comenzaba en el oficio, en 1988, visité la redacción de Excélsior en el edificio de Reforma 18. En algunas zonas estaban exhibidas en gran formato las portadas de dos vespertinos, que se llamaban, creo, La primera de noticias y la Extra, con las memorables ediciones posteriores al sismo de 1985. Me cautivaba sobremanera conocer todo sobre lo que involucraba el trabajo de generar una primera plana, la elección de la frase, de la imagen. Una labor periodístico-artesanal que combina el rigor con el diseño y con un concepto.
Tuve oportunidad de trabajar ahí durante un breve periodo en aquellos años y solía preguntar todo sobre el tema. Me sentaba con los correctores, con los reporteros y con los secretarios de redacción para conocer el proceso que derivaba en una primera plana. Por las noches de sábado me quedaba con el reportero de guardia y con la correctora de la sección deportiva, en la que figuraba David Faitelson, tan joven como yo entonces, reportero asignado a boxeo y beisbol.
Poco después, trabajando en la hemeroteca de El Universal, solía husmear en la mesa de redacción y en la sección cultural, en la primera para asomarme a la confección de la portada, en la segunda para entregar mis primeros textos a Paco Ignacio Taibo padre. Siempre me llamaba más la atención la parte periodística relativa a la edición de los diarios y a la escritura de los editoriales, ese espacio para los puntos de vista institucionales que hacen imperativo llevar amarrados todos los elementos expuestos.
Llegué a La Jornada en 1992, cuando dirigía Carlos Payán. Hice un examen para editor de la mesa de redacción. Entonces era un privilegio mayor ser el responsable de portada y, salvo excepciones, todos querían esa tarea. Yo, por supuesto. Cumplí con esa labor y otras muy satisfactorias durante diez de los trece años y medio que estuve ahí. En MILENIO he estado a cargo de la primera plana, desde distintos cargos, durante dieciocho años. Hoy veo con resignación, mientras mueren los impresos, que ya a ningún coeditor le importa asumir la edición de la portada.