Tuvieron semanas, si no es que meses, para preparar sus exposiciones, porque una reunión de Alto Nivel sobre Seguridad entre México y Estados Unidos requiere una agenda definida, con participaciones precisas, cronometradas, pero sobre todo específicas en la temática. El gobierno de la 4T sabía quién venía y qué discurso ha mantenido públicamente cada integrante de la delegación visitante. En resumen, no hay lugar para llamados a sorpresa.
El fentanilo, tema que ocupa la agenda binacional casi con la misma atención que la migración, está en la primera línea por ser la seguridad el centro de la cita. Semanas atrás las autoridades de Washington han reiterado que el narcotráfico mexicano produce fentanilo y México, con discursos que no acaban de perfilar como uno solo, niega todo con el apoyo de China, que también se deslinda.
Hay puntos finos a considerar: Estados Unidos señala con toda claridad a los cárteles de ser los productores, no a entidad gubernamental o privada alguna. México se desmarca con el argumento de que “legalmente” no hay producción de esa sustancia y China niega que la envíe, otra vez “de forma legal”, al puerto de Manzanillo. En esos pequeños detalles, que la 4T no ha sabido consolidar con un discurso único, quedaron atrapadas ayer las funcionarias anfitrionas.
¿Por qué? En respuesta al fiscal general estadunidense, Merrick Garland, sobre que los cárteles Jalisco Nueva Generación y de Sinaloa producen y trafican fentanilo, la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, argumentó que México no produce esa sustancia ni precursores químicos y puntualizó que en cocinas (clandestinas, se entiende, por la palabra usada) fabrican, en la mayoría de los casos, metanfetaminas. Pero nada de fentanilo made in México, ratificó, sin dar mayor detalle.
Acto seguido, la secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena, planteó: “Obviamente que no existen laboratorios legales de producción de fentanilo en México, más faltaba, ¿verdad? Lo que hay son laboratorios ilegales, y eso sí es lo que se ha encontrado y ahí es en donde se han hecho incautaciones de laboratorios clandestinos. Y ahí es donde estamos también colaborando”.
Ergo, los gringos tienen razón.