El fenómeno sobre los 15 años de Rubí parece responder a un guion dirigido por Robert Altman en el que grandes figuras de la vida pública se acumulan en torno del evento y participan de forma activa en el desenvolvimiento de la historia, desde actores y empresarios hasta políticos y cantantes. Luce como producto elaborado para generar ese efecto porque ya ha pasado antes, en el cine y en la radio, solo que hoy se multiplica por el factor redes sociales.
Primero fue Orson Welles, quien recuperó en 1938 la novela La guerra de los mundos, de H. G. Wells, para convertirla en teatro radiofónico con formato de noticiario, lo que motivó gran expectación, miedo, desorden y airadas protestas, pues quien se había perdido el inicio del programa, con la advertencia de que se trataba de una dramatización, acabó presa del pánico por saberse víctima de un ataque extraterrestre en pleno Manhattan.
Sí, este fenómeno generado por el también creador del Ciudadano Kane fue deliberado, fue un experimento que debe haber rebasado sus expectativas, pero podemos decir que lo sucedido con la quinceañera potosina no fue planeado para alcanzar las proporciones que se conocen, sino más bien fue un mal cálculo o una falta de cálculo al hacer una invitación por redes sociales. Donde todo sale de control si no lleva las restricciones y las etiquetas correspondientes.
Este error ya había disparado caos en una fiesta juvenil en Chile en 2011 y también en Holanda al año siguiente. En Alemania y Canadá hubo casos en 2013 y en Zapopan, Jalisco, una fiesta a la que llegaron 5 mil “invitados” acabó con disturbios y 281 detenidos, 121 de ellos menores de edad, en agosto de 2014.
Nada comparado, por supuesto, con las más de un millón de personas de varias partes del mundo que ya se apuntaron para el singular festejo en un pequeño poblado potosino cuyos habitantes se cuentan por decenas. El producto, como se ha dicho, no pensado como tal, ha sido un banquete para políticos y empresarios, unos haciendo campaña, los otros negocios, y algunos más, los actores, por no dejar pasar la oportunidad de que hablen de ellos.
Orson Welles en modo Facebook.