Gabriel García Márquez, que era mucho menos duro que Camilo José Cela cuando le incomodaba una pregunta, decía a una reportera que si algo le irritaba cuando leía periódicos era que los títulos de su obra aparecieran a la menor provocación en cabezas de artículos, sobre todo, y recomendaba que cada autor se buscara sus frases. Lo menos que sentía era orgullo por el uso masivo de las suyas en los medios.
Con esto en mente, con el caso Cienfuegos me atreví a apostar (es un decir, en realidad me atreví a pronosticar, sin comentarlo con nadie) que abundarían encabezados de artículos y columnas de los colegas de la prensa nacional como “el general sale de su laberinto”, “el general sí tiene quien le escriba”, “crónica de una entrega no anunciada”, “el general en los tiempos del covid” y otras, parafraseando o de plano retorciendo los títulos del Gabo para afrenta de su memoria y cultivo de una práctica indeseable: la reproducción de frases hechas y lugares comunes.
Quienes suelen recurrir a refranes, títulos de películas, versículos bíblicos o citas deformadas del Quijote comparten una fobia, a la lectura, y es así que van hasta con alegría por la vida, como aquellos juglares del cuento de Ismaíl Kadaré, cantando sus desventuras a ritmo de lugares comunes para llenar el oído de su desencantado público.
Con el caso Cienfuegos en mente, decía, hice mi revisión diaria de los impresos miércoles y jueves en busca de lo que consideraba una apuesta segura, es decir, la proliferación de cabezas de textos fusilándose a García Márquez. Grata sorpresa. Fallé: salvo dos casos parafraseando al colombiano y dos más jugando con el nombre de una película, más propio de un meme, la mayoría se abstuvo de esa plaga, acudió a títulos propios y cuidó sus contenidos en ese terreno, cuya aportación al debate es otro tema.
Reportero de oficio, García Márquez se dio tiempo como escritor para echar mano de sus experiencias periodísticas en el terreno de la ficción, como su prólogo a Del amor y otros demonios, en el que narra cómo surgió esa historia a partir de una noche que pintaba aburrida haciendo la guardia en la redacción de un diario. Ojalá hubiera más periodismo como el suyo y menos citas retorcidas de su obra.
@acvilleda