Liderazgo en silencio

Tamaulipas /

No todo el liderazgo ocurre en escenarios visibles ni en momentos de reconocimiento público. Una parte fundamental del liderazgo se construye en el silencio, en las decisiones que no se anuncian, en los conflictos que se contienen con prudencia y en la constancia que no siempre recibe aplausos. Ese liderazgo, aunque menos evidente, suele ser el más determinante.

En los entornos educativos y organizacionales, se valora con frecuencia al líder que habla con firmeza, que dirige con rapidez y que toma decisiones inmediatas. Sin embargo, pocas veces se reconoce el valor de la escucha, de la reflexión pausada y de la capacidad de sostener procesos complejos sin protagonismo. Liderar también es saber esperar, observar y elegir el momento adecuado para intervenir.

El cierre del año es un espacio propicio para reconocer este tipo de liderazgo silencioso. Aquel que acompañó sin imponer, que dio estructura sin rigidez y que sostuvo al equipo incluso cuando el desgaste era evidente. No es un liderazgo pasivo, es uno profundamente consciente, que entiende que no todo se resuelve con urgencia ni con control.

En muchas ocasiones, los mayores aciertos del liderazgo no están en lo que se hizo, sino en lo que se evitó. Decisiones impulsivas, confrontaciones innecesarias o cambios precipitados. La madurez directiva se expresa en la capacidad de discernir cuándo actuar y cuándo permitir que los procesos sigan su curso. Esa lectura fina del contexto es una forma elevada de responsabilidad.

Este liderazgo silencioso también implica autocontrol. Requiere gestionar emociones, sostener tensiones internas y actuar con coherencia incluso cuando no hay reconocimiento inmediato. No busca validación constante, sino consistencia. Por ello, suele dejar huella a largo plazo, aunque pase desapercibido.

Al cerrar el año, vale la pena preguntarse no solo qué resultados se obtuvieron, sino desde dónde se lideró. ¿Hubo espacio para escuchar?, ¿para acompañar?, ¿para cuidar a las personas sin descuidar los objetivos? Estas preguntas no pretenden idealizar el liderazgo, sino humanizarlo.

El liderazgo que se construye en el silencio no es débil ni invisible. Es profundo, estratégico y necesario. Porque no todo lo que transforma se anuncia, algunas de las mejores decisiones se toman en calma y se sostienen con constancia.


  • Alicia Ivette Sierra Sosa
  • alicia.sierra@mailune.mx
  • Directora de Liderazgo Académico de la Universidad del Noreste Lic. Filosofía y Letras Máster en Gestión Universitaria Máster en Dirección de Instituciones Educativas
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