No sé usted, pero yo extrañaba mucho el sentido del humor de “Nosotros los nobles”, de “Club de Cuervos” y de “La balada de Hugo Sánchez”.
Por eso hoy miércoles 9 de marzo soy el crítico más feliz de México con el estreno de “Bienvenidos a la familia”, la nueva serie de Mark Alazraki, una figura que, desde diferentes posiciones, ha estado detrás de todos estos proyectos y de muchos otros más.
Tuve el privilegio de ver completos los primeros cuatro episodios de este concepto y todavía no puedo digerir tanto ingenio, tanta creatividad ni tanta diversión.
Va a ser el cañonazo número uno de Netflix en México, en toda Hispanoamérica y en muchas otras regiones del mundo. ¡Se lo juro!
Qué combinación tan más magistral de humor, talento y estilo. No hay manera de verla y de no adorarla.
Aquí está pasando exactamente lo mismo que pasó con “Celda 211” pero en comedia.
Estamos hablando de un concepto que ya se había hecho en España (es de los escritores catalanes Pau Freixas e Iván Mércadé) y que un talentosísimo equipo de muchos guionistas de nuestra región, encabezados por Andreina Borges, Silvia Ortega Vettoretti, Pablo Aramendi y Pablo Ortiz Cortés, potenció de una manera alucinante.
Es como la película “Un muerto… pero de risa” pero mezclada con todos los elementos que hicieron de “Nosotros los nobles” una de las películas mexicanas más taquilleras de todos los tiempos.
La gran gracia de “Bienvenidos a la familia” es que le da al clavo tanto a la nueva concepción de las familias en México y en todo el mundo como a las sutilezas sociales que se han movido precisamente de los tiempos de “Nosotros los nobles” a la actualidad.
En esta serie los escritores no se conforman con juntar a ricos y pobres. Van más allá.
Nos llevan de la picardía a la discapacidad, de la brecha generacional al cambio tecnológico y de la delincuencia a los animales de compañía. Se avientan chistes hasta de Televisa.
Lo más impresionante es que siempre están pasando muchas cosas muy chistosas en muchos lugres con muchos personajes.
Cuando uno cree que aquello va a parar, sucede algo inesperado, aparece alguien de quién sabe dónde y la serie se pone todavía más hilarante, más emocionante.
Y es que es comedia, sí, pero también es como serie de suspenso, de aventuras.
Me remitió mucho a las legendarias películas cómicas de Silvia Pinal como “El despertar del lobo”, “El cuerpazo del delito” y “Bang bang, al hoyo”.
Pero espérese. Todavía no le digo lo mejor: el reparto. Hoy, como nunca, lamento no tener un programa de televisión largo para entrevistar bien a estas mega-actrices y a estos súper-actorazos.
Si usted me preguntara: ¿quién lo hace mejor?, yo sufriría porque todos están espléndidos, perfectamente bien entonados en farsa, pero en farsa mexicana del siglo XXI.
Érika Buenfil ya llegó a un nivel como de “La India María”, “La Chilindrina” y María Victoria. Ya es una diosa. Ya es leyenda.
Marimar Vega siempre ha sido inmensa. Aquí está como para comérsela a besos. ¡Qué construcción de un personaje creíble en un tono increíble!
Martín Altomaro es lo mejor que le ha pasado a los seriales cómicos mexicanos desde Huicho Domínguez. Así: de ese tamaño.
Yo a Hernán del Riego le voy a poner casa. Lo que está haciendo aquí es épico. Por ahí tiene una escena erótica como para la nueva antología del cine mexicano.
Ver a Erick Elías siempre es agradable. Verlo en comedia es delicioso. Siento como si apenas lo estuviera conociendo.
Ana Layevska, ¡qué cosa de señora comediante! Hay escenas donde sólo mueve los ojos y con eso basta para amarla.
Arturo Beristáin se lleva la serie. Yo no sé cómo le hizo para no atacarse de la risa en esas secuencias tan locas que le pusieron.
Y ojo con lo que le voy a decir: no pierda de vista a los demás. Entre Carla Adell, Alondra García, Ricardo Selmen, Jezzini y Santiago Colores porque entre ellos podríamos tener a la nueva Karla Souza, al nuevo Luis Gerardo Méndez, al nuevo Paco de la Fuente.
Luche con todas sus fuerzas por ver “Bienvenidos a la familia” en Netflix. Le va a gustar. De veras que sí.