Soy el fan más fan de la comedia popular mexicana, pero no nos hagamos tontos: una cosa es la comedia popular mexicana y otra, “Bola de locos”, el más reciente estreno “cómico” de Las Estrellas.
En teoría, este programa suena fantástico. Tiene a muchos de los mejores comediantes de este país, sus invitados son bastante atractivos y ni hablemos de la programación.
Estar en esa frecuencia, los sábados a las 23:00, más la presencia en VIX+, es un privilegio. Pero en la práctica esto es mediocre, grotesco y nocivo.
Quisiera ponerlo en antecedentes, pero no hay manera porque “Bola de locos” está tan mal escrito, tan mal dirigido y tan mal producido que no se entiende.
¿Me creería si le dijera que me enteré que se trata de un unitario cómico que se desarrolla en una vecindad como la de “El Chavo” hasta que leí los créditos finales?
Y, atando cabos después de padecer dos patéticas emisiones completas, creo que el concepto consiste en ver cada semana a dos invitados conviviendo con los personajes de esta vecindad hasta que, al final, desesperados, gritan: ¡Bola de locos! y se acaba el programa.
No me cabe en la cabeza que una empresa como Televisa, que está haciendo noticiarios y telenovelas de vanguardia, haya autorizado semejante cochinada.
Ojo: no se trata de un asunto de buen o de mal gusto, de moralidad o de pose. “Bola de locos” es un título como de canal de rancho de 1961.
Sus libretos no cuentan nada. Sus personajes carecen de todo. Sus actores no están dirigidos. El trazo escénico consiste en tener al reparto permanentemente en fila india posando frente a las cámaras.
Visualmente aquello es de una miseria aterradora. La luz redefine el adjetivo plano de tan poco profesional. No puedo creer que a estas alturas del siglo XXI la vecindad se grabe en un foro con fotos de las calles de fondo.
Mucho menos que, para estos señores, escenografía de comedia sea atascar de colores chillantes los espacios y que contar un chiste consista en insinuar groserías.
¿Qué tiene de cómico que un hombre le diga a una mujer: “te voy a agarrar de donde te gusta que te agarren”?
¿Qué tiene de chistoso poner a un personaje “gay” que “aulla por el plátano” y que ama hacer “couchinadas”?
Perdón pero por eso, en México, matamos a las mujeres y a los homosexuales. Esto no es comedia, es promoción del delito y alguien tendría que intervenir.
Usted no sabe lo ofendido que me siento con este lanzamiento. Es un retroceso delicadísimo tanto desde la perspectiva editorial como desde la perspectiva audiovisual.
¿Pero sabe qué es lo que más me enfurece? Ver a todo ese talento desperdiciado porque nadie me va a negar que la señora Liliana Arriaga es una gran actriz o que el señor Carlos Eduardo Rico es un actor brillante.
Nomás entraron Mara Escalante y Beng Zeng al capítulo dos de este proyecto y la pantalla se iluminó. ¡Se comieron al mundo!
Y aunque Latin Lover estaba tan nervioso que no escuchaba a los demás y comenzaba a hablar antes de tiempo, verlo ahí con la gran Michelle Vieth fue fantástico.
La bronca no son los talentos. La bronca es suponer que el público es tonto, que no merece respeto y que ser pobre y necesitar comedia es sinónimo de ausencia de dignidad y, perdón, eso es discriminación, eso es clasismo. Es algo que ya no podemos permitir. ¿O usted qué opina?