La semana pasada tuve el honor de ir a la primera función de “Cirque Musica Querida, la celebración oficial de Juan Gabriel” y me quedé con la boca abierta.
¡Está increíble! Canté, bailé, reí, suspiré y más de uno lloró. El Teatro San Rafael estaba lleno. La gente, eufórica. ¡Éxito total!
Fue una de las mejores noche que he tenido en años, pero sí es importante que le explique por dónde va esto porque si no, no lo va a disfrutar en su justa dimensión.
“Querida” no es una obra de teatro como “Si te mueres… ¡Te mato!”, no es un musical como “Aladdín”, no es un evento nostálgico como “Mentiras”, no es un circo sin animales como lo que se hace en el Cirque Du Soleil y no es el concierto de algún palenque como el de la Feria de Texcoco.
Es algo completamente diferente que fusiona el teatro, los musicales, la nostalgia, el circo, los conciertos de los palenques y muchas otras experiencias con música en vivo.
Es como un “show” de Las Vegas pero 100 por ciento popular, familiar.
¿Qué significa esto? Que a diferencia de lo que sucede con la mayoría de los espectáculos que existen en cartelera, “Querida” es del pueblo para el pueblo y usted puede ir con sus hijas, con su mamá o con su abuela y todos, todo el tiempo, van a estar gozando de una presentación de la más alta calidad.
Y cómo no si esta joya es una producción de Cirque Musica, OCESA, Mejor Teatro y Morris Gilbert.
Cirque Musica es una división de TCG Entertainment, una corporación internacional que lo mismo hace “shows” en Las Vegas, Orlando y Nueva York que trabaja con los derechos de DC, Prince y Master Chef para crear las más fabulosas experiencias de entretenimiento en vivo.
Juan Gabriel acabó en las mejores manos porque, sí, esto es “El divo de Juárez”, pero no es su vida y sí, pero él sale y no, pero… Mire, mejor vaya a ver “Querida” y platicamos.
De hecho, yo le recomiendo que vaya varias veces para que más o menos se alcance a dar cuenta de lo que pasa en el escenario porque aquello es verdaderamente grande.
De repente estamos en un cuadro escénico que representa cierto momento de la carrera de este señor.
Pero cuando uno está volteando a ver a un cantante del lado izquierdo aparecen unos acróbatas haciendo algo maravilloso por el lado derecho.
Al centro tenemos a no sé cuántas bailarinas. Luego sale una cantante y mientras la muchacha nos sorprende con su voz, hay un truco de magia detrás de ella.
Y la ropa cambia, y el escenario se mueve, y entra el mariachi, y caen unas cosas del techo, y lo que era un Juan Gabriel se convierte en un concierto de tres “Juan Gabrieles”, y todos nos levantamos a aplaudir, a bailar.
Además, no sabe usted qué talentos. No pierda de vista a los integrantes de la compañía de “Querida” porque muchas de esas mujeres, muchos de esos hombres, se convertirán en inmensas luminarias en muy poco tiempo. Son estupendos.
Qué gusto que estas cosas se hagan en México partiendo de una figura tan nuestra y con la combinación de tantos recursos tan afortunados.
Si usted, como yo, ama a Juan Gabriel y tiene ganas de divertirse, luche con todas sus fuerzas por ver ya “Cirque Musica Querida, la celebración oficial de Juan Gabriel” en el Teatro San Rafael. Le va a gustar. De veras que sí.
Álvaro Cueva
alvaro.cueva@milenio.com