Quiero pedirle un favor: métase a Netflix y mire completo el primer capítulo de Control Z, su estreno de hoy.
¿Por qué? Porque es una serie que me llena de orgullo. Es exactamente lo que muchas personas quisimos hacer hace más de 20 años y no nos dejaron.
Es la más clara demostración de que las cosas han cambiado. La llegada, con ímpetu, de una nueva generación de actores, escritores, realizadores, directores y productores.
Es una razón más para estar agradecidos con Netflix.
¿Qué es Control Z? ¿De qué trata? ¿Para quién es? ¿Quiénes salen? ¿Por qué está buena?
Control Z es una serie mexicana, una joya de Lemon Studios, los creadores de éxitos tan memorables como Kilómetro 31, de fenómenos tan hermosos como Paramédicos y de títulos tan galardonados a escala internacional como Señor Ávila.
Ellos ya habían cooperado con Netflix asociándose con Salma Hayek para la creación de Monarca. ¿Se acuerda?
Control Z es su primera serie, sin nadie más, para este importante sistema de distribución de contenidos en línea y no le pide nada a ninguna producción global que usted pueda ver en este momento.
Es, para acabar pronto, un orgullo para esta nación.
No se asuste por el título. Se llama Control Z como las teclas de ciertas computadoras y es la historia de un grupo de jóvenes que estudian en un colegio como hay miles en todo el mundo.
¿Y? ¿Qué tiene eso de atractivo si suena a la típica serie juvenil de toda la vida?
Tiene de atractivo que el asunto de los estudiantes es solo un pretexto. Ahí se exponen conflictos que nunca se habían expuesto en producto juvenil latinoamericano.
Volvemos a lo mismo. ¿Y? Que esos conflictos son los que usted, sus hijos o yo podríamos estar viviendo en este momento, asuntos actuales, reales y tan dolorosos, que casi nunca se comentan.
Ver Control Z es la oportunidad perfecta para que los padres y los hijos abran sus corazones, se comuniquen y se ayuden.
No, no es una versión mexicana de 13 Reasons Why. Es un asunto mucho muy diferente, pero que también podría salvar vidas sin dejar de entretener a las multitudes.
No le voy a decir de qué conflictos habla esta obra para no arruinarle la experiencia, pero todo lo que pasa ahí es durísimo, interesantísimo.
Estamos ante algo grande, tan grande como su reparto que lo mismo incluye a actores a los que siempre he admirado como Rodrigo Cachero (“Por la libre”) que a muchas de las más grandes promesas del cine nacional.
Todos los chicos que salen en Control Z van que vuelan para quitarle la chamba a Salma Hayek, a Diego Luna y a Gael García Bernal.
Ana Valeria Becerril (Las hijas de Abril) está exquisita dándole vida a esa protagonista tan atormentada, tan Doctor House, tan Sherlock.
Luis Curiel (Tres familias) es un monstruo. Lo veo y no doy crédito de la cantidad y diversidad de emociones que puede manejar en una sola escena.
Y aquí me puedo pasar todo el día escribiéndole de cada uno de los actores que intervienen en este concepto que no, no es ni como Élite, ni como Gossip Girl ni como nada de eso.
Tiene que verlo para creerlo. ¿Sí me ayuda y le echa un ojo al capítulo uno completo? Algo me dice que, como en mi caso, no la va a poder soltar. ¿O usted qué opina?
alvaro.cueva@milenio.com