La cosa está así: este sábado 9 de septiembre se va a entregar el Ariel. Estamos hablando de la fiesta más importante del cine mexicano.
¿Por dónde quiere que empiece? México es una de las más grandes potencias creadoras y consumidoras de cine de todo el planeta.
Si hablamos de prestigio, pocas industrias cinematográficas pueden presumir de lo que hemos conseguido en México.
El cine mexicano es bueno, es rico, es grande, es diverso. ¡Es lo máximo! Y la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) hace una labor, a todas luces, admirable.
Por si esto no fuera lo suficientemente relevante, en este 2023 va a ocurrir algo fundamental: el Ariel se va a entregar fuera de la Ciudad de México. La ceremonia se va a efectuar en Jalisco.
Quiero que piense en lo que esto significa. Podemos hablar de descentralización, de la relevancia de la cultura tapatía y de lo que está pasando en este estado en términos cinematográficos.
¿O prefiere usted que le entremos a la grilla y nos pongamos a debatir sobre la parte política de esta historia?
¿Por qué le estoy diciendo todo esto? Porque me parece imperdonable el silencio de los medios, de la prensa especializada, de las redes sociales y de los influencers alrededor de este evento.
¿Qué están esperando? ¿Que les paguen por hablar? ¿Qué les regalen el viaje? ¿Que les hagan cocteles?
No, señoras. No, señores. Si en verdad amamos el espectáculo como tanto presumimos hay que comenzar por ver las películas, por buscar a los nominados y luchar con todas nuestras fuerzas por ir, cubrir y ganar las notas.
¡Ah, pero no fueran los Premios Platino donde llevan a la prensa de paseo por España porque entonces sí hasta programas especiales se producirían en los medios tradicionales!
¡Cuidado! Somos periodistas. No somos publicistas. Nuestro trabajo no es que nos consientan. Nuestro trabajo es estar donde se tiene que estar.
Se me cae la cara de vergüenza cuando comparo lo que está ocurriendo con el Ariel y lo que ocurre con otros premios, infinitamente menores, en otros países.
Por eso quiero felicitar a los medios públicos mexicanos. Es muy interesante lo que han estado haciendo, desde hace varias semanas, para cubrir con calidad y dignidad este acontecimiento.
Me voy a detener específicamente en los casos de El Once y de Nuestro Cine MX pero antes le voy a decir la razón por la que esto tiene que ser celebrado:
Para los medios públicos mexicanos hubiera sido muy fácil cerrarle las puertas a la AMACC por las controversias que hubo sobre los apoyos o no apoyos a esta fiesta.
Peor tantito, si estuviéramos en los sexenios de antes, estos canales no sólo hubieran vetado el Ariel. Se hubieran dedicado a desprestigiarlo y a realizarle una campaña sucia al gobernador de Jalisco.
¿Y qué es lo que están haciendo? Respaldo total, respeto, producciones especiales. ¿No se le hace histórico? ¡Para que luego vengan y me digan que estamos peor!
¿Qué está haciendo El Once? Una serie de programas especiales titulados “Conversaciones con los nominados al Ariel 2023” verdaderamente buenos.
Cada uno está dedicado a un tema como “actrices”, “directores” o “fotografía” y usted los puede ver gratis, cuando quiera, en YouTube.
¿Cuál es la gracia de estas emisiones? Que como los conductores siempre son diferentes y no son los periodistas de siempre, el resultado es una charla de amigos donde se dicen cosas muy distintas, personales.
¿Qué pasa en Nuestro Cine MX? Le recuerdo: Nuestro Cine MX es el canal 22.2, una señal dedicada 100 por ciento al cine mexicano. Ahí, Julio López, que es un genio de periodista cinematográfico, dentro de su programa “Marquesina”, hizo algo directamente con la AMACC sobre lo que va a ser esta ceremonia, que nadie se debe perder.
Independientemente de que “Marquesina” tiene sus horarios fijos dentro de la programación del canal 22:2, también está disponible gratis en YouTube. Búsquelo. ¡Y que viva el cine mexicano! ¡Que viva el Ariel!