¡Qué cosa tan más divertida la nueva temporada de Inseparables, amor al límite de Canal 5! Así, divertida.
¿Por qué es importante decir esto? Porque algo pasa en el mundo de los reality shows que de un tiempo a la fecha la mayoría se comenzó a tomar esto muy en serio.
Inseparables ya no es un reality show sobre el amor, es un pachangón loco donde las parejas juegan, ríen y se divierten de verdad.
Resultado: uno, del otro lado de la pantalla, juega, ríe y se divierte de verdad.
¡Justo lo que más le hace falta a miles de personas después de todo lo que hemos vivido con la pandemia!
Inseparables (2) es un ejercicio de televisión real donde 13 parejas muy especiales son encerradas en un mismo espacio, obligadas a convivir, a ventilar intimidades y a competir.
El “pequeño” detalle es que en las competencias podrían generar conflictos en más de una relación y que son alucinantemente espectaculares en términos televisivos.
Tengo que felicitar a la persona que reclutó a las parejas participantes porque no hay manera de verlas y de no quedarse ahí fascinado entre la simpatía, la belleza y el morbo.
Vamos de Radamés y La Wanders a Mery y Carlos Trejo pasando por Mariazel y Adrián Rubio, Jhoss y Yurem, “El Parejita” y Yuliana Peniche, Evely y Bobby Larios y más, muchas otras parejas más.
La conducción de Erice es espléndida, pero la producción merece una ovación de pie.
¡Qué cosa! ¡Qué espectáculo! ¡Qué derroche! ¡Felicidades!
Luche con todas sus fuerzas por ver Inseparables de lunes a jueves a las 20:30 por Canal 5, su página de internet y Blim. Le va a gustar. De veras que sí.
Mejor que nunca
El martes 21 de septiembre, a las 21:00, se estrenó en YouTube la cuarta temporada de La más draga, el reality sensación de México.
No sé si usted lo sepa, pero los números de este ejercicio de televisión real superan a los de muchos noticiarios y programas tradicionales de este país.
Sí estamos hablando de algo que merece respeto, de algo importante, pero, además, de algo muy valiente.
¿Por qué? Porque La más draga es exactamente el tipo de contenido que la televisión mexicana, que se las da de muy abierta e incluyente, jamás ha hecho: es un reality show de drag queens.
¡Y va en su cuarta temporada! ¡Y es un éxito comercial! ¡Y así, viniendo de ninguna televisora, ahora tiene hasta participantes de otros países!
¿Por qué funciona? ¿Por “gay”? ¿Por “prohibido”? No, funciona porque es de verdad.
Sus participantes no son elegidos para subir el rating. Están ahí porque tienen talento, porque tienen algo que decir, porque representan algo para el público.
¿Sí entiende lo que le estoy diciendo? La más draga es, ante todo, una expresión de la honestidad, un espacio en donde quienes lo hacen y quienes lo ven, pueden ser ellos mismos sin temor a nada ni a nadie.
No quepo en mí del talento de las participantes de este año, de lo grandioso que es Roberto Carlo como conductor ni de lo entrañables que son Johnny Carmona, Pepe y Teo como cómplices.
No, y qué me dice de Tóxico, Venenoso y Veneno, o los jueces. En el episodio uno, “la más folclórica”, gozamos con Susana Zabaleta, Ricky Lips, Yari y Letal. ¡Qué bárbaras! ¡Qué buenas!
Por nada del mundo deje de ver esto. Es punto y aparte. Se lo garantizo.
alvaro.cueva@milenio.com