Le quiero agradecer públicamente a Sabina Berman, a John Ackerman, a la producción y a Canal Once por haberme invitado el martes pasado a John & Sabina.
Más allá de que fue una experiencia increíble y de que pude constatar el profundo profesionalismo que hay detrás de este programa, especialmente ahora que seguimos en tiempos de covid-19, creo que dijimos lo que teníamos que decir, lo que no dice nadie.
¿Sobre qué? Sobre la televisión, la educación, las corporaciones, los medios públicos y más, sobre muchas cosas más.
Por favor busque esta experiencia en YouTube. Le va a gustar, le va a aclarar muchas situaciones y lo va a poner a pensar. ¡Gracias!
A propósitos de programas de análisis y de cosas que no se dicen en ninguna otra parte, hoy quisiera profundizar en algo fundamental que acaba de ocurrir:
Capital 21, el canal público de la Ciudad de México que se puede ver a través de la frecuencia 21.1, acaba de estrenar su barra de opinión.
Esto es un “noticiononón” que, por supuesto, muy pocos van a destacar porque atenta contra los intereses de nuestras más poderosas televisoras, las que llevan años tratando de influir en las audiencias a través de este tipo de producciones.
¿Cuál es la nota? Que esta es una barra diferente, con analistas que no defienden las agendas de los grandes grupos empresariales, donde sí hay tiempo para desarrollar ideas.
Esto se transmite de lunes a viernes a las 22:00 y comenzó, el lunes pasado, con un experimento que me dejó con la boca abierta: Aunque usted no lo vea.
Es la presentación de la gran Ana Francis Mor como conductora de mesas de análisis. No sabe usted qué experiencia tan más gloriosa.
En el remoto caso de que no lo sepa, Ana Francis es una mente privilegiada, activista, una de las cabareteras más importantes de todo el mundo de habla hispana, miembro de Las Reinas Chulas, y directora fundamental de nuestra industria teatral.
Verla ahí fue como un sueño convertido en realidad porque es exactamente el tipo de personaje al que jamás invitarían a hacer esto en un medio privado.
¿Por qué? Porque la señora no tiene pelos en la lengua y porque en lugar de leer lo que otros le escriben, sabe de lo que está hablando, está preparada, piensa.
¿Cómo es su programa? ¿De qué trata? ¿Por qué habría que verlo?
Mire, para explicárselo le tengo que recordar lo que muchos canales están haciendo en este sentido.
Por alguna extraña y enferma razón, a no se quiénes se les metió la idea de que las mesas de análisis tenían que ser “comerciales” tipo programa de revista o talk show.
Y como hasta a sus mismos responsables les dan flojera (o quieren a los analistas sólo para tenerlos cerca para cuando se les ofrezca), los hacen muy cortitos y vistosos.
O sea, pesa más la producción que el contenido y el resultado es la asquerosa saturación de títulos inservibles, aburridos y nefastos que estamos padeciendo en la actualidad.
Aunque usted no lo vea es todo lo contrario. Es largo, nadie tiene prisa por decir lo que piensa y si se comienza hablando de una cosa y luego se termina hablando de otra, no hay problema.
¿Producción? ¿Qué es eso? Ahí lo que importa son las ideas, no la escenografía, y los invitados de ese capítulo de estreno no pudieron ser mejores: Martha Zamarripa, Antonio Helguera y Fabrizio Mejía.
Hablaron de medios, de infodemia, de la pandemia. Fue un programón. ¡Felicidades!
Búsquelo en YouTube y no pierda de vista lo nuevo de Capital 21. Pinta muy bien. En este esquema de crear contenidos inteligentes a pesar de los bajos presupuesto, pinta muy bien. ¿Se imagina usted lo que pasaría si se hiciera con más dinero, si se hiciera con promoción?
alvaro.cueva@milenio.com