‘La casa de papel 4’

Ciudad de México /

Que Dios bendiga a Netflix, a Vancouver Media y a todas las personas que han hecho La casa de papel porque a partir de mañana vamos a poder ver la cuarta parte de este material.

¿Sabe usted lo que esto significa para millones de personas en México y en todo el mundo?

Va a ser una liberación en el peor momento de enclaustramiento de nuestras vidas, un acto de justicia en el punto de mayor atropello al que nos hayamos enfrentado.

Y qué irónico que una serie que gira alrededor del encierro vaya a ser la que nos libere cuando todos estamos presos en nuestras casas.

Qué paradójico que un espectáculo que reta a la justicia vaya a ser el que vengue nuestra rabia, nuestra angustia, nuestra desesperación. ¡Hasta parece una broma del destino!

Obviamente ninguna de las partes involucradas planeó que esto sucediera. Si este lanzamiento estaba programado para el viernes 3 de abril de 2020 era para que lo devoráramos aprovechando las vacaciones de Semana Santa.

¡Pero cuáles vacaciones! ¡Cuál Semana Santa!

En el remoto caso de que usted no sepa de lo que le estoy hablando, La casa de papel es una de las mejores series del mundo.

Representa una historia de éxito fabulosa porque cuando esta producción española salió al mercado, lo hizo a través de la televisión abierta privada de su país.

Y pues no pasó gran cosa hasta que llegó a Netflix y se convirtió en una sensación global.

¿Por qué? Porque fue una idea que se adelantó a su tiempo, una obra maestra cuya estructura, tono y valores de producción se disfrutaban más en línea que a un ritmo de un capítulo por semana en los medios tradicionales.

No sé si se da cuenta de lo que le estoy diciendo. En los grandes mercados de televisión, lo que triunfa son los contenidos en inglés.

El hecho de que una serie hablada en nuestro idioma le gané a lo mejor de lo mejor de los cinco continentes, es un acontecimiento histórico.

Por si esto no fuera suficiente, La casa de papel cuenta una historia muy distinta a cualquier otra, una historia que tiene que ver con rebeldía, con cuestionar al sistema, con dinero fácil que, por ser fácil, es el más difícil de conseguir.

No se asuste, aunque ya vi gran parte de la cuarta temporada de esta joya, no le voy a vender trama ni siquiera de la primera.

La razón es muy simple: quiero que pase la cuarentena con estos personajes gloriosos, quiero que vibre con estas actuaciones prodigiosas, quiero que se olvide por un momento del coronavirus y que sea muy feliz.

La cuarta parte de La casa de papel es tan buena como todas, le da perfecto seguimiento a todo lo que se fue construyendo ahí, incluso desde el principio, y tiene unos giros dramáticos que lo harán gritar de emoción.

Yo la amé porque, en medio de tanta adrenalina, hay unos destellos de humor negro que no hay manera de no agradecer y porque aquí, como en pocos puntos de la historia reciente de la televisión, sí podemos percibir crecimiento.

En La casa de papel 4 hay un crecimiento en la narrativa, un crecimiento en los personajes, en el trabajo actoral. ¡Hasta en la edición!

Por lo que más quiera en la vida, ponga una notificación en su celular y conéctese a Netflix desde el segundo uno en que suban este material.

Lo menos que espero es que los servicios de internet de muchos países colapsen ante el golpe que va a representar este chispazo de luz en medio de tanta oscuridad.

Que Dios bendiga a Netflix, a Vancouver Media y a todas las personas que han hecho La casa de papel. Necesitábamos esto. ¿A poco no?


alvaro.cueva@milenio.com

  • Álvaro Cueva
  • alvaromilenio5@gmail.com
  • Es el crítico de televisión más respetado de México. Habita en el multiverso de la comunicación donde escribe, conduce, entrevista, da clases y conferencias desde 1987. publica de lunes a viernes su columna El pozo de los deseos reprimidos.
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