Buenas noticias para los amantes de las series: la cuarta temporada de The Crown es mil veces mejor que la tercera, que la segunda y que la primera.
Buenas noticias para los amantes de las series: la cuarta temporada de The Crown es mil veces mejor que la tercera, que la segunda y que la primera.
¿Por qué? Porque esto ya no es sólo una producción histórica, es un ejercicio de nostalgia.
¿Puede haber algo más maravilloso, más morboso y más adictivo que mirar un producto de esta naturaleza no sólo para divertirnos, no sólo para enterarnos, sino para recordar lo que vivimos hasta hace muy pocos años?
Y si a usted, por su edad, no le tocó nada de esto, no se preocupe porque lo va a gozar igual. Toda esa moda, toda esa música, todo ese espíritu es justo lo que más le gusta a los jóvenes de hoy.
Ahí nacieron nuestros más importantes referentes culturales, la parte más entrañable de nuestro legado emocional.
Cuando tuve el privilegio de ver completos los diez capítulos de esta temporada, entendí que todo lo que había observado antes en The Crown era como un ejercicio de preparación precisamente para esto, para remover las fibras más sensibles de mi sistema nervioso.
Ésta es la verdadera The Crown, la de Lady Diana, la de Margaret Thatcher, la que le ayudará a entender muchas cosas, la que le romperá el corazón.
Aunque millones de mujer y de hombres en todo el mundo conocemos esto porque de una u otra manera estuvimos ahí, no le voy a contar detalles para no arruinarle la experiencia.
Es increíble todo lo que aquí se dice, todo lo que aquí se recrea, todo lo que se muestra, pero, sobre todo, cómo se dice, cómo se recrea, cómo se muestra.
¿Por dónde empezamos, por una reina que está pasando por una de las etapas más críticas en la vida de cualquier mujer, por las luchas de poder o por los chismes?
¿Qué recuerdo se le hace más poderoso, el de aquella boda como de cuento de hadas, el de un país gobernado al mismo tiempo por dos mujeres de carácter o el de aquella princesa que conquistó al mundo por su bondad, por su dolor?
Ahora es cuando más admiro a Netflix porque no es lo mismo contar algo que sucedió a mediados del siglo XX a abrir heridas que todavía no han terminado de cicatrizar.
No me quiero ni imaginar el infierno legal por el que tuvieron que pasar los responsables de esa joya para mostrar lo nunca antes visto de gente que, o todavía vive, o cuyos herederos no siempre van a estar de acuerdo con la forma como han sido plasmados sus más íntimos conflictos.
Por eso hay que verla y atesorar cada detalle en las actuaciones, en la dirección de escena, en la fotografía, en el vestuario, en las caracterizaciones, en la musicalización, en la edición.
Cada episodio vale por la mejor de las películas que usted puede encontrar en cartelera este fin de semana y hasta les gana.
No sólo es un tema de dinero. Es un tema de talento, de creación.
Ver a Olivia Colman como la reina Isabel II es un honor desde todas las perspectivas.
Pero tener a Emma Corrin (Pennyworth) como Lady Diana es un privilegio todavía mayor.
No, pero espérese, no le he dicho nada. Gillian Anderson (The X Files) nos está regalando la mejor actuación de su vida y no está dispuesta a perder.
Aquí ya no es mujer contra mujer. Son “tres mujeres en la hoguera”, tres personajes dándose con todo en cada una de sus escenas, tres actrices peleando como fieras por la atención del público. ¡El aquelarre en su máxima expresión!
Yo no sé cómo le van a hacer los jueces de las más importantes premiaciones de cine y televisión del mundo el próximo año porque va a ser un infierno decidir a quién de estas tres diosas hay que darle la estatuilla considerando, además, a todas las otras inmensas actrices que también nos están ofreciendo interpretaciones memorables en esta serie.
Usted tendría que estar muy mal del alma para perderse ésta, una de las más sublimes experiencias audiovisuales de la historia reciente del espectáculo global.
Y para que entienda el nivel de verdad, como aquí ya se están tratando asuntos tan delicados como los trastornos alimentarios de ciertos personajes, Netflix, en su infinita madurez, está aprovechando para ayudar a las audiencias.
Luche con todas sus fuerzas por ver lo nuevo de The Crown a partir de este domingo 15 de noviembre en Netflix. Le va a encantar. Se lo juro.
alvaro.cueva@milenio.com