El martes ocurrió algo particularmente importante para la industria de las series y los servicios de streaming:
Starzplay hizo la presentación, en un edificio histórico de Ciudad de México, de sus primeras series originales en español.
No sé si entienda la magnitud de lo que le estoy diciendo. Starzplay es uno de los mejores sistemas de creación y distribución de contenidos en línea que existen en el mercado.
Viene de Starz, de Lionsgate, y su poder de convocatoria es tan grande a nivel mundial que a estos genios les debemos fenómenos como Dr. Death, Pennyworth, The Act, BMF, Heels, High Town y Normal People.
Starzplay son series y películas premium pero sin que los suscriptores paguen lo que normalmente se paga por contenidos premium. Es una gran plataforma.
El hecho de que Stazplay haga un paréntesis para crear contenidos en español manda un mensaje muy poderoso de respeto a México y a todos los países que hablamos este idioma.
Es un reconocimiento a nuestra cultura, a nuestra identidad. Son oportunidades de trabajo. Es un acto de amor.
Tuve el privilegio de conducir ese evento y todavía no puedo creer lo que ocurrió ahí porque jamás en mi vida había visto que una corporación global se tomara la molestia de invertir en la presentación de esto, sólo de esto, de puras series en español.
Por si esto no fuera suficiente, estamos hablando de grandes series mucho muy diferentes a las que existen en otras plataformas, con unos repartos excepcionales y de diferentes rincones de nuestra región.
Y ni nos detengamos en los valores de producción porque esto viene muy grande, muy en serio. No es un tema de cantidad, es un tema de calidad.
En ninguna otra parte existe algo igual y más allá de que pude entrevistar a sus estrellas y creadores, tuve acceso a este material. Lo vi y me gustó.
Estamos hablando de El refugio, Toda la sangre, Señorita 89, Malayerba y Express.
El refugio es una serie de ciencia ficción chilena con talentos mexicanos como Ana Claudia Talancón, Zuria Vega y Alberto Guerra.
Repito: ciencia ficción, ciencia ficción latinoamericana, ciencia ficción bien hecha, con los mejores efectos, con una gran historia y esos actorazos. ¡Bravo!
Toda la sangre está inspirada en el magnífico libro del mismo nombre del maestro Bernardo Esquinca sobre asuntos policiacos que combinan lo chilango con lo prehispánico.
La dirección es de Hari Sama (Esto no es Berlín) y Luis Prieto (Snatch) y encabezan el reparto Ana Brenda Contreras y Aarón Díaz. Imperdible.
Señorita 89 va a ser el escándalo de escándalos. Jamás imaginé que alguien se fuera a atrever a decir lo que aquí se dice sobre los concursos de belleza en el México de los años 80.
No tiene una idea del tamaño de serie de la que le estoy hablando.
Además, el reparto es magnífico. Vamos de Ilse Salas a Natasha Dupeyrón pasando por Ximena Romo, Bárbara López y muchas, muchísimas estrellas más. Prohibido perdérsela.
Malayerba ya está en Starzplay, trata sobre la legalización de la cannabis y podría ser la mejor serie colombiana de todos los tiempos.
Es increíble lo que ocurre aquí porque si usted pensaba que legalizando esto las cosas iban a mejorar, parece que no.
Es maravilloso que algo así venga de un país que ha generado tantos contenidos sobre el tema de las drogas como Colombia y el elenco inicia con grandes figuras como Carolina Gaitán y Sebastián Eslava, y remata con muchas muy queridas figuras de la época de oro de las telenovelas colombianas. Muy recomendable.
Por último está Express, una serie española que combina el talento de los responsables de éxitos como Vis a vis, Aída y Los hombres de Paco con figuras como Maggie Civantos y Bernardo Flores en algo que podemos calificar desde ahora como el principio de un cañonazo global.
Express es simple y sencillamente gloriosa, emocionante, entretenidísima.
Habla de algo tan escabroso como el secuestro express pero termina por convertirse en una serie de superhéroes pasando por una producción que pone sobre la mesa cosas que nunca habíamos visto así, en serie.
Aquí va a pasar algo. En Starzplay va a pasar algo. Yo que usted le echaba un ojo ya, pero ya. De veras que sí.
alvaro.cueva@milenio.com