Soy el enemigo público número uno de la muy vergonzosa manera como muchos medios de comunicación se cuelgan de la Virgen de Guadalupe para prostituirla.
Perdón si sueno grosero pero no hay otra manera de llamar a lo que hacen con Santa María de Guadalupe.
¡Ahora resulta que todos esos canales son muy guadalupanos! ¡Sí, cómo no! ¡Y yo soy un neurocirujano ruso!
Cuidado con esto porque ahí comienzan muchos de nuestros peores conflictos sociales. Ahí comienza la doble moral. Ahí comienza la misoginia. Ahí comienza la trata de personas. ¿Le sigo?
¡Y estamos hablando de la Virgen de Guadalupe! ¡Imagínese cuando miramos hacia otras instancias!
Si vamos a hacer algo para la madre de todos los mexicanos, vamos a hacerlo desde la congruencia.
La única empresa moralmente autorizada para cantarle “Las mañanitas” a Santa María de Guadalupe es Televisa.
¿Por qué? Porque sus raíces en la radio, en el cine y en Telesistema Mexicano fueron las que inventaron esa tradición.
Si con el paso de las décadas aparecieron otras empresas u otras instituciones, perfecto, que se inventen lo suyo si es que son tan guadalupanas como juran y perjuran.
¿Por qué tienen que ser “Mañanitas”? ¿Por qué tiene que ser un plagio de Televisa?
Maussan Televisión, por ejemplo, que es una de las frecuencias más guadalupanas de todo el continente, no hizo “Mañanitas”. Hizo lo que Jaime Maussan sabe hacer: un programa especial de análisis periodístico, un programa especial con el sello Maussan.
Eso es saber respetar. Eso es confirmar una vocación. ¡Ya basta de convertir la Basílica de Guadalupe en un circo de mala muerte! ¡Ya basta de fingir una fe que no existe!
Televisa es la compañía que lleva casi 90 años cantándole “Las mañanitas” a la virgen desde los tiempos de la radio.
Televisa es la empresa que ayudó, cuando era Telesistema, al sostenimiento de la vieja Basílica.
Televisa es la corporación que ayudó a la construcción de la nueva Basílica, la que tenemos ahora.
Televisa es la casa productora que triunfa en todo México y en muchísimos países con el programa unitario “La rosa de Guadalupe”.
Le guste a quien le guste o le moleste a quien le moleste, Televisa es la única marca que debería transmitir “Las mañanitas” a la virgen morena.
Y ni así lo hace porque, como llevo años denunciándole en esta columna, ni sus “Mañanitas” ni las de los demás son en vivo.
Todos los canales tienen que grabar porque por ahí hay alguien que o no entiende, o está amenazado, o vaya usted a saber qué negocio tenga como para atomizar el evento anual más sagrado de la fe en México.
¿Qué le puedo decir de la edición 2025 de “Las mañanitas a Santa María de Guadalupe” que Televisa transmitió en Las Estrellas?
Por un lado, que sí se sintió la austeridad, que sí faltaron cosas, que sí tenemos problemas.
Pero, por el otro, que el señor Miguel Ángel Herros y su equipo de producción son unos genios para resolver aún en las condiciones más extremas.
A lo mejor los musicales no fueron en vivo pero la conjunción de estrellas fue espectacular, respetuosa y aquello todo el tiempo estuvo lleno de mensajes poderosísimos.
Desde Edith Márquez pidiéndole a la Virgen por la salud de su hermana hasta sobrevivientes de cáncer como nuestra muy amada Daniela Romo.
Fue divino ver a la reina María Victoria, a sus casi 100 años, cantándole a la Virgen como fue precioso ver una estructura que inició con Lucero Mijares (la hija) y que cerró con Lucero (la mamá).
Todo estuvo lleno de finísimas sutilezas como la agilidad mental de Julieta Lujambio para conducir o como el debut de Alex Fernández.
¿Y qué me dice de la selección de canciones o de interpretaciones como las de Ana Cirré, Carlos Rivera, Víctor García y Alexander Acha?
Fue una noche muy bonita, otro “tiempo de mujeres” donde brillaron las mamás y las hijas: Aída Cuevas y Valeria Cuevas, Guadalupe Pineda y Mariana Gurrola Pineda.
¡Lo que es saber hacer las cosas! ¡Imagínese si las autoridades de la Basílica reaccionaran y le devolvieran a Televisa la oportunidad de hacer esto en grande!
¡Imagínese si la misma Televisa le volviera a inyectar sus mejores recursos a este evento como en los tiempos de Lola Beltrán y de Juan Gabriel!
Aquí tenemos mucho qué trabajar. Aquí tenemos mucho qué hacer. ¿O usted qué opina?