Pésima. No puedo creer lo pésima que es “Pienso en ti”, la nueva telenovela de las 20:30 de Las Estrellas.
Para que entienda la magnitud de mi decepción, vi el primer capítulo antes de su estreno, enfurecí y dije: me voy a esperar a ver si se compone porque si no, esto va a ser una masacre.
Pues pasaron el dos, el tres, el cuatro y el cinco y, al contrario, lo que empezó mal se puso peor. ¡Es malísima! ¡Aberrante! ¡No me cabe en la cabeza que se esté transmitiendo!
Le explico: “Pienso en ti” es una telenovela musical juvenil, tipo “Rebelde” o “Alcanzar una estrella”, protagonizada por Dulce María y David Zepeda, que narra la historia de amor de una chica que no se puede dedicar bien a la cantada porque vive sometida por su madre y un súper astro de la industria musical.
¿Qué tiene esto de malo? Todo. Las telenovelas musicales juveniles fueron un fenómeno en la televisión abierta del pasado porque obedecían a un esquema social y musical muy diferente al de hoy.
Para que entienda, ni siquiera los coreanos, que son los reyes de este negocio en la actualidad, las están haciendo. ¿Por qué tendríamos que volver a hacerlas nosotros?
Vamos a suponer que TelevisaUnivisión estaba obligada a grabar este melodrama. A veces pasa. ¿Por qué no llamar a los expertos como Luis de Llano Macedo y Pedro Damián a hacerlas?
Luis y Pedro están vivos, lúcidos. Claro que podrían volver a producir o, en el peor de los casos, asesorar. ¿No se le hace o demasiada ignorancia o demasiada soberbia ignorarlos?
No, pero espérese, viene lo peor: ¿Qué tiene que estar haciendo una telenovela musical juvenil en el horario de las 20:30? Venimos de “La rosa de Guadalupe”.
Ese momento es para otra clase de audiencias. Ese momento es sagrado. Es un espacio que va o hacia lo didáctico, como la saga “Vencer” de Rosy Ocampo, o hacia lo populachero, como la saga “Es amarte” de Nicandro Díaz.
No me quiero ni imaginar lo que van a sufrir los responsables de este título para retener al público de esa franja horaria o para convocar a los adolescentes de 2023 cuyos hábitos de consumos de contenidos audiovisuales van por otro lado.
Vamos a decirnos la verdad: “Pienso en ti” no era un proyecto para televisión abierta. Era más para una plataforma como VIX, más o menos como “La mujer del diablo” (que es lo máximo). ¿Por qué quemarla en televisión abierta? ¿Por qué atentar contra esas audiencias?
Pero espérese porque todavía ni empiezo. ¿Puede haber un reparto más equivocado que el de esta producción?
Dulce María tiene más o menos 37 años. Se ve ridícula haciéndola de adolescente. ¿Y qué me dice de David Zepeda? Más allá de su edad, seamos honestos, está posicionado como todo menos como una estrella musical.
La protagonista de “Pienso en ti” debió haber sido alguien como María Perroni Garza, alguien como Mía Rubín Legarreta. Y el galán, un Camilo.
Maite Perroni y Angelique Boyer, que son de la misma generación de Dulce María, brillan por haber crecido, por darle vida a personajes de su edad.
Maite ha construido una carrera genial en el mundo de las series con títulos como “Oscuro deseo” y “Tríada”. Angelique se ha transformado en una señorona gracias a la visión de Juan Osorio.
¿Qué fue lo que le dio fuerzas a Dulce María como para aceptar esta telenovela? ¿Quién le dijo que se veía igual que en “Rebelde”?
Una mujer de casi 40 años que vive sometida por su madre podrá estar muy bien en cierto tipo de serie, en cierto tipo de película, pero no en telenovela.
La razón es muy simple: no es una heroína, no es modelo aspiracional y eso, hoy, con tantas broncas sociales, con tantos problemas de violencia en contra de la mujer, es peligrosísimo.
Y no, no nos confundamos, el personaje de Dulce María no es el de una víctima como para que lo podamos justificar por ese lado.
Es el de una señora con problemas psicológicos. Es lo peor que le puede pasar a las telenovelas mexicanas en ese momento de tantas críticas.
No, ¿y qué me dice de lo demás? “Pienso en ti” tiene serios problemas literarios, de dirección, de producción y hasta de título.
No puede ser que en una escena todos los personajes se amen, estén felices y celebren, y a la siguiente resulte que están hartos y que se odian. No es serie. Es telenovela.
Igual, ¿qué está pasando con los personajes? ¿Son buenos o son malos?
Brandon Peniche, por ejemplo, interpreta a un señor que se supone que es la víctima de víctimas. ¿Pero sabe usted por qué sufre? ¡Porque está cansado de tanto trabajar!
Un personaje que se queja de tener mucho trabajo justo ahora cuando venimos de la pandemia y de tantísimas broncas económicas y laborales no puede ser un personaje bueno.
Es un “güevonazo”, un holgazán, una entidad nefasta que merece que la pese todo lo malo que le hacen. ¿Qué parte de “esto es melodrama” no han entendido las señoras y los señores que hacen “Pienso en ti”?
¿A qué me refiero cuando le digo que aquí hay problemas de dirección? A que cada grupo de actores está en su tono. No hay una tonalidad coral. Alexis Ayala actúa de una manera. Yolanda Ventura, de otra.
Es como si trabajaran para producciones diferentes. No están creando, están maquilando y eso impide que uno, de este lado de la pantalla, conecte.
Por si todo lo que le acabo de decir no fuera suficiente, no hay un cuidado en los detalles.
En las escenas de Jalisco, no se come la comida típica de Jalisco. Si a los personajes les ponen micrófonos para que hablen en una rueda de prensa, no le hablan a esos micrófonos, ¡le hablan a los micrófonos de la telenovela! ¡Me muero!
Si la telenovela se llama “Pienso en ti”, ¿por qué cantan “Contigo aprendí” de Armando Manzanero?
Hay 14 mil canciones de “Pienso en ti”. Que si la de Thalía, que si la de Chayanne, que si la de Shakira. ¡Hasta hay una del Buki que más o menos va por ahí! ¿Por qué ni siquiera se fijan en esto?
Hacer telenovela hoy, en México, es un privilegio, no una chamba. Hay que hacerla con amor, hay que hacerla bien. No así. ¿O usted qué opina?