El pasado domingo 20 de octubre se estrenó, en Las Estrellas, la nueva temporada de “¿Quién es la máscara?”
¿Cuál es la nota? Que este inmenso programa, a pesar del paso del tiempo y de los inevitables cambios, sigue siendo un cañonazo.
La gran pregunta es: ¿por qué? Yo respondería: porque es una tradición, porque las tradiciones son certeza, poder, seguridad.
Qué rico es, para cualquier familia mexicana, sin importar si son pobres o ricas, del sur o del norte, o si sus integrantes están bien o están mal, saber que van a poder ver algo bueno, algo que dominan, algo que no las va a hacer perder ni su tiempo, ni su dinero ni su energía.
Esto, que suena tan obvio, es lo más complicado de lograr en la industria de la televisión especialmente ahora que el odio está desatado, especialmente ahora cuando los enemigos atacan hasta por las vías digitales. ¡Bravo! ¡Bravo! ¡Bravísimo!
Hubiera sido muy fácil chafear, caer en zona de confort, bajarle al presupuesto, al nivel. Pero no. No lo hicieron. ¡Gracias!
Anahí es una reina. Martha Higareda, la más simpática. Carlos Rivera, tipazo. Juanpa Zurita, chistosísimo. Y Omar Chaparro, ¡qué manera de conducir!
A esto súmele a los personajes, la producción de cada segmento, de cada musical. Si no son las coreografías, son los videos. Si no son las deliberaciones, es el botón de “sálvame”. Esto es primer mundo, no tonterías.
Quiero felicitar a TelevisaUnivision y a todas las personas involucradas en este proyecto.
Yo tenía mucho miedo después de un éxito tan grande como el de “La casa de los famosos México”. No. Ya no tengo. Ya se me quitó. ¡Felicidades!
SORPRESA
Me engañaron. Me dijeron que de los años 90 para acá, a las niñas y a los niños sólo les gustaban los espectáculos “modernos”, que ya no les gustaban ni la buena música, ni las grandes letras ni las voces estudiadas.
Como usted sabe, México entero está de fiesta celebrando los 90 años del nacimiento de Cri Cri, del personaje del grillito cantor.
Desde que comenzó el mes, ha habido cualquier cantidad de eventos en diferentes puntos del país.
El domingo 20 de octubre fui al “Festín Mustín Cri Cri”, a El Cantoral y, la verdad, esperaba una catástrofe social: puro adulto mayor deprimido.
Cuál no sería mi sorpresa al ver ese bellísimo teatro retacado de niñas y de niños muy chiquitos enloquecidos de alegría con las canciones de Cri Cri.
¿Pues en qué quedamos, entonces? ¿No que esto ya no funcionaba?
Perdón pero fue hermoso ver a esas chiquitas y a esos chiquitos gritando de emoción no sólo con canciones tan populares y alejadas del mundo digital de este siglo XXI como “El ratón vaquero”, “La marcha de las letras” y “Caminito de la escuela”.
Estaban felices con los ritmos de Argentina, de China, de España, del Medio Oriente y, por supuesto, de México, que el inmenso Cri Cri manejó hace tantas décadas.
¡Atención! Aquí está pasando algo importante, algo que es nuestro. Aprovechémoslo.
Por si todo esto no fuera suficiente, el espectáculo fue del más alto nivel. Eran Mario Iván Martínez, Ximena y Pablo cantando como los auténticos profesionales de la voz que son.
Luche con todas sus fuerzas por sumarse a los festejos de Cri Cri. Consulte cartelera y redes sociales. Yo sé lo que le digo.