Hay muchos prejuicios alrededor de la tv. Cuando hablamos de programas de transformaciones de gordos, por ejemplo, todo el mundo cree que siempre va a ver lo mismo. Usted sabe: el típico factual donde una señorita con obesidad mórbida acaba convertida en la mujer más delgada del planeta ante la ovación de sus familiares y amigos. ¡Mentira! A lo mejor así era en los años 90. Hoy es distinto y para muestra basta un botón: Revenge Body with Khloé Kardashian.
Dígame, por favor, que usted también es fan de este concepto del canal E! Estamos ante uno de los mejores programas de transformaciones del mundo. ¿Por qué? Primero, porque su conductora no es ni nutrióloga, ni entrenadora, ni nada de eso. Es una figura pública de alto calibre que, además, fue gorda. Segundo, porque Khloé tiene un don natural para motivar a las multitudes. Es simple y sencillamente maravillosa. Tercero, porque la señora está acompañada del más fabuloso equipo de especialistas que usted se pueda imaginar. Desde expertos en nutrición hasta sacerdotes. Es increíble.
Cuarto, porque esto es completamente impredecible. Aquí nunca pasa lo que uno cree que va a pasar. Al final, cada capítulo termina siendo algo más que un reality show de transformaciones. Y quinto, lo más importante, su narrativa y sus técnicas de producción son ciento por ciento innovadoras. Esto es un gran espectáculo donde las entrevistas se mezclan con los detrás de cámaras. ¿Cuál es la nota? Que hoy a las 20:00 se va a estrenar la tercera temporada de este concepto y yo le quiero pedir que lo vea. En serio, se va a sorprender.
¡Gracias!
No sé si usted ya vio Wenses y Lala de Adrián Vázquez. Se lo pregunto porque se trata de una obra que fue muy famosa el año pasado, que ha ganado cualquier cantidad de premios y que ha traspasado fronteras. Yo no la había visto y aprovechando que está todos los martes en el teatro Xola, fui a echarle el ojo. ¡No sabe usted qué cosa tan más preciosa! Le juro que hice un esfuerzo descomunal por no soltarme a llorar. Wenses y Lala es bonita, bonita, bonita. Lo que menos esperaba en el universo. Verla es volver al origen de muchas cosas hermosas y yo me siento con una frustración muy grande porque al final me quedé con ganas de decir muchas cosas.
Pero este montaje protagonizado por el mismo Adrián Vázquez y por Sofía Sylwin es tan diferente a todo lo que estamos acostumbrados a ver, que no acaba como acaban la mayoría de las obras y uno se queda con un montón de sensaciones atoradas.
Es como si no se hubiera cerrado el círculo que se abrió cuando la gente entró al teatro y se encontró con estos dos maravillosos actores haciendo lo que normalmente no se hace en los teatros.
No le voy a vender trama para no echarle a perder la experiencia, pero sí le voy a recomendar que luche por ver las últimas funciones de esta joya del teatro nacional. Estamos hablando de una obra sobre la vida, sobre el amor, sobre las cosas más sencillas, pero también sobre las más complicadas. Sobre las más importantes. A mí me ayudó mucho ir a verla y lo menos que puedo decir es: ¡Gracias! ¡Gracias Wenses y Lala por todo lo que me dieron! ¡Gracias de corazón!
alvaro.cueva@milenio.com