Hoy nos vamos a pelear. ¿Está lista? ¿Listo? ¿Y por qué nos vamos a pelear? Por el estreno de la séptima temporada de “Shark Tank México” (viernes, 21:30, canal Sony).
¡Cómo! ¡Pero si las multitudes aman “Shark Tank México” ! Nos vamos a pelear porque, como hubo cambios en los “tiburones”, media humanidad se está quejando y yo no estoy de acuerdo.
Ningún “Shark Tank” de ningún país del mundo le pertenece a un “tiburón”. Por más que las y los mexicanos admiremos a una o a un empresario en particular, esto es una marca y vale por eso.
¿Sabe usted lo que se batalla para construir una marca en un contexto como el nuestro? “Shark Tank México” lo consiguió y es un programa tan posicionado que si no fuera por esto, nadie diría nada. ¡Triunfaría en automático!
A mí me encantan los “tiburones” de antes, los que entraron y salieron, y los de ahora. Amo los nuevos casos, el seguimiento que se le da a las historias que conocimos en las temporadas anteriores y pequeños guiños a cosas que nadie más se atreve a hacer como a proponer casos de “emprendedurismo” en el contexto de la diversidad sexual.
“Shark Tank México” sigue siendo uno de los mejores programas de toda la industria de la televisión nacional, un concepto positivo, inspirador, necesario.
Y en términos de producción es la cosa más complicada del universo. ¡Mis respetos a todos los que trabajan ahí!
Si usted se quiere amargar la vida quedándose en el pasado, hágalo. Yo, prefiero ver hacia el futuro y celebrar una de las pocas marcas que se han logrado construir en nuestra industria en los últimos años. ¡Luche por estar ahí!
¡GENIAL!
Soy el fan más fan de Apple TV+. ¡Qué pena que en este país sólo se comenten los estrenos de Netflix porque esta plataforma es una verdadera locura de buenos contenidos!
Hoy, por ejemplo, se va a estrenar “Black Bird: confesiones de un asesino”, tuve el privilegio de ver completos sus primeros episodios y estoy que no me la creo de la emoción y la calidad.
¿Qué es esto? Una serie de asesinos como “Luminosas”, “Clarice” y “True Detective”.
¿Qué tiene de diferente? Ahí está lo maravilloso. No le voy a vender trama para no arruinarle la experiencia, pero es un encuentro de asesinos donde todos luchan por sacarle información a todos.
“Black Bird: confesiones de un asesino” está inspirada en un caso de la vida real, la producción es de época y por supuesto que tenemos un reparto como para retorcerse del altísimo nivel.
Vamos de Taron Egerton (el inolvidable Elton John de “Rocketman”) a Greg Kinnear (lo acabamos de ver en “Shining Vale” pero todos los recordamos por “Mejor imposible”) pasando por Ray Liotta (figura fundamental del cine y la televisión que acaba de morir), Paul Walter Hauser (de “Cruella” pero haciendo la actuación de su vida) y mil luminarias más.
En buena onda sí es como el estreno de los estrenos, lo más recomendable para quienes amamos los contenidos genuinamente premium.
¡Y cómo no si esas actuaciones, esas imágenes y ese grado de involucramiento sólo se puede lograr cuando tiene directores y escritores como Joe Chappelle (sí, el de esa obra maestra titulada “The Wire”), Dennis Lehane (“Mystic River”) y Jim McKay (“The Good Wife”).
Prohibido perderse esto. De veras.
Álvaro Cueva
alvaro.cueva@milenio.com