Seamos sinceros: ¿hace cuánto tiempo que no te topas con una serie que no puedes dejar de ver? ¿Con una serie que se pone mejor con cada capítulo?
¿Con una serie que en verdad te sorprende? ¿Con una serie con la que te enamoras de los personajes? ¿Con una serie con la que conectas? ¿Con una serie con la que gritas?
Sí está de pensarse, ¿verdad? Porque ahora las series son como malas telenovelas: un capítulo uno medianamente atractivo y después, pura paja. Ni llegamos al final.
Acabo de terminar de ver “The Penguin” (“El Pingüino”) y te juro por lo más sagrado del mundo que no la podía soltar. No me gustó. ¡Me enloqueció!
Cada capítulo es mejor que el anterior. Yo, que no me sorprendo con nada, me la pasé de sorpresa en sorpresa. Me enamoré de los personajes. ¡De todos!
Conecté, conecté, conecté. Me siento El Pingüino, me siento Sofía, me siento Víctor. Y grité. ¡Como tonto! ¡Muchas veces! ¡En muchas secuencias!
Tenía años, siglos, de que no me pasaba algo así. Hasta me siento raro, como si hubiera renacido. Es una de las mejores miniseries que he visto en mi vida. Y mira que me estoy conteniendo para no decirte que es la mejor de todas.
Ya la vi ganando los Golden Globes, los Emmys y todo en lo que la metan. Ya la vi triunfando con las audiencias, abriendo los debates en las redes sociales.
Hoy jueves 19 de septiembre deja de hacer cualquier cosa que tengas en tu agenda y lucha con uñas y dientes por meterte a MAX y mirar esta superproducción de HBO.
No importa si amas u odias a los supervillanos, si amas u odias DC, si amas u odias “The Batman” (2022) o si sabes o no sabes de esto.
Importa que es una obra maestra y eso no se ve todos los días.
Ni remotamente te imagines que ésta es la historia de El Pingüino o alguno de los muchísimos lugares comunes del cine o de las series que parten de la cultura pop.
Esto es tan bueno como “Game of Thrones”, tan poderoso como “The Wire”, tan crítico como “The Sopranos”, tan emocionante como “Breaking Bad” y tan profundo como “The Handmaid’s Tale”.
Es la más clara representación de lo que está pasando en el mundo hoy.
Y vamos de los poderes oficiales a los poderes fácticos, del fentanilo a la violencia de género, del terrorismo a la corrupción y de la venganza a la justicia.
Lo primero que dije cuando estaba viendo el episodio uno fue: si “la gente” está asustada con lo que la temporada dos de “La casa de los famosos México” está reflejando de nosotros, cuando vean esto se van a querer morir.
La saga de Batman que comenzó con la película de 2022 es brutalmente honesta y los que amamos el cine, la televisión y el “streaming” tenemos poderosas razones para adorar “The Penguin”.
No es la primera vez que se hace una serie derivada de una película, pero es la primera vez que se hace una serie derivada de la película sin traicionar a los personajes para efectos de comercialización.
El Pingüino que tenemos en MAX no se volvió bueno, paternal ni entrañable para vender muñequitos. Es el mismo maldito mafioso, asesino y traficante de la película.
¿Sabes lo que es sostener una miniserie con un protagonista así sin caer en la promoción del delito ni en ninguno de esos errores que vemos tan seguido en tantos lugares?
Bueno, aquí se consigue eso y más. Colin Farrell, que ya se había ganado el cielo con lo que hizo en “Sugar” (si no llegaste al final, no has vivido), aquí ya es el nuevo Robert de Niro.
¿Por dónde quieres que comience a felicitarlo? ¿Por la transformación física, por el acento o por el caminado?
No es sólo el más admirable trabajo de caracterización de cuerpo completo que jamás se haya visto en “streaming”. Es una actuación histórica. Es su actuación.
Pero la que se lleva las palmas es Cristin Milioti. Su creación de Sofía Falcone es como poesía.
Ella es lo más genial que le ha pasado a HBO desde Rue Bennett (Zendaya) de “Euphoria”, Daenerys Targaryen (Emilia Clarke) de “Game of Thrones” y Carrie Bradshaw (Sarah Jessica Parker) de “Sex and the City”.
Me encantaría venderte trama para profundizar, pero no puedo, no debo. Y es que genuinamente quiero que veas esto, que lo vivas y que seas feliz.
La producción es perfecta, se entrelaza excelentemente con la película, cumple con todos los requisitos ideológicos habidos y por haber. Estamos ante un acontecimiento artístico.
Ya: no pierdas el tiempo. Corre a ver “The Penguin”. Te va a gustar. De veras que sí.