De los “14 mil” estrenos que tuvimos este fin de semana ninguno fue más importante que “The Price of Glee” (“Glee: triunfo, verdad y tragedia”) de HBO Max.
¿Por qué? Por la competencia, por su relevancia corporativa, por el tema y por la manera como se abordó ese tema.
Le explico: “Glee” (2009) fue una de las últimas grandes series de televisión que conmocionaron a las audiencias del mundo entero antes del “boom” de las plataformas.
Cambió la historia de los contenidos juveniles, de la música y contribuyó de una manera revolucionaria a la inclusión en todas sus manifestaciones.
¿Pero sabe qué es lo más fuerte? Que “Glee” es uno de los pocos referentes televisivos que manejan las nuevas generaciones. Es uno de sus pocos “cachitos” de nostalgia. Representa algo. Hay cariño.
“The Price of Glee” es una miniserie de tan sólo tres episodios que narra la triste realidad de lo que pasó ahí porque, en el remoto caso de que usted no lo sepa o no lo recuerde, “Glee” acabó muy mal, con varios actores muertos, escándalos sexuales, drogas y mil cosas peores.
¿A qué me refiero cuando le hablo, en esta nota, de competencia? A que es obvio que aquí hay algo entre Warner Bros. Discovery y The Walt Disney Company.
“Glee” fue una serie de FOX, que ahora es Disney. ¿A usted no se le hace medianamente extraño y rudo que esta propuesta esté saliendo de los archienemigos de Disney y no de Star+, la plataforma para adultos de esa compañía?
Piénselo. Sí está duro. Es una “balconeada”. Habrá que ver la respuesta de Disney. Cualquier cosa que se haga (o que no se haga) mandará un mensaje que hoy, como nunca, tendrá consecuencias.
¿Qué le trato de decir cuando utilizo la expresión relevancia corporativa?
Que sí es fundamental que recordemos que nuestro HBO Max (que pronto se convertirá en MAX) es el sistema de creación y distribución de contenidos en línea del titán Warner Bros. Discovery. Ojo con la marca Discovery.
El hecho de que este material de ID, de Discovery, esté viajando ya ahí al lado de los contenidos de marcas como Warner, DC y HBO consolida a Discovery como algo mucho muy importante en esa empresa.
El resultado final es una bomba de poder como no existe otra, a nivel editorial, en toda la industria del “streaming”.
Discovery ya está aquí, también está aquí, también está triunfando aquí. ¿Así o más impactante?
¿Qué le puedo decir del tema? Que “The Price of Glee” es un gran acierto. Es amor, es nostalgia, es noticia y, lo más increíble de todo, es responsabilidad social.
No hay manera de ver eso y de no pasar del escándalo a la reflexión: ¿Qué podemos hacer para que esta historia de terror no se repita? ¿Qué podemos hacer para que eso no nos pase, para no acabar así?
Es aquí donde hay que felicitar a los responsables de esta miniserie porque hay mucho profesionalismo detrás de “Los chicos nuevos del barrio”, “El show debe continuar” y “Cuando la música se detiene”. Así se llaman sus tres episodios.
No sé cómo le hicieron para que los familiares y los amigos de los muertos dijeran lo que dicen, pero es admirable el discurso, la selección de imágenes de archivo y, por supuesto, la parte legal porque no cualquiera consigue los derechos para hacer y transmitir esto.
Por último, hay algo que quiero poner sobre la mesa alrededor de este lanzamiento que lo convierte en algo mucho muy atractivo:
Ver “Glee: triunfo, verdad y tragedia” es volver a “E! True Hollywood Story”, a “Biography”, “Behind The Music”. Es un tipo de “televisión” que, por diferentes razones, hace mucho se dejó de hacer y que hace falta. ¿A poco no?
Luche por ver “The Price of Glee” en HBO Max. Le va a gustar. De veras que sí.