Hay dos manera de abordar esto: por las malas o por las buenas. ¿De qué le estoy hablando? De “Viaje al centro de la Tierra”, uno de los estrenos más recientes de Disney+.
Es muy fácil hacer pedazos esta serie. ¿Por qué? Porque sin ser una adaptación, está inspirado en uno de los libros más famosos de Julio Verne.
Si usted, como yo, leyó la novela, claro que nos podemos instalar en eminencias intelectuales, argumentar que nada ni nadie será capaz de igualar ese clásico de la literatura francesa y menos una producción mexicana, colombiana tirándole a panregional.
Por si esto no fuera suficiente, como el libro se escribió en el siglo XIX y requiere de una espeluznante inversión en efectos especiales para hacerla medianamente creíble, podemos montarnos en el peor de los clasismos, en el más asqueroso de los malinchismos, y burlarnos de lo miserables que somos los latinoamericanos frente a Hollywood, a Europa y a Asia.
Es que no hay pierde. Si usted se quiere sentir superior a los demás, aquí tiene con qué. Y si usted quiere ofender a los productores y a los talentos de Disney+ atacándolos por no ser parisinos, ricos o, mínimo, güeritos, ¡felicidades!, atásquese. Le va a ir muy bien.
Lo interesante sería convocar a las multitudes a leer el libro, organizar un círculo de lectura con el trabajo de Julio Verne o, en el más “incluyente” de los casos, boicotear esto convocando a una lectura masiva de las mejores obras de los nuevos escritores iberoamericanos.
Obviamente nada de esto va a pasar porque cuando se trata de arrogancia, el fin no es ayudar a los demás. El fin es ganarle a los demás. ¡Qué vergüenza que los libros sirvan para eso! ¡Por eso la lectura está como está!
Pero en fin, ya abordamos “Viaje al centro de la Tierra” por las malas. Ahora hagámoslo por las buenas:
¿Se acuerda usted de películas mexicanas como “Las aventuras de Juliancito” con Juliancito Bravo o de “La Caperucita Roja” con Manuel “El Loco” Valdés?
Evidentemente no eran superproducciones apegadas ni a “Tom Sawyer” ni a lo que escribieron los hermanos Grimm, pero eran unos filmes increíblemente entretenidos que hasta el día de hoy llenan de emoción a las audiencias que los siguen viendo cuando los pasan en la televisión tradicional.
“Viaje al centro de la Tierra” de Disney+ es exactamente eso, pero en 2023.
Y así como en aquellas cintas gozamos con la presencia de las mejores estrellas de la época como Carmen Montejo, Consuelo Frank, Prudencia Grifel, Beatriz Aguirre y Luis Manuel Pelayo, aquí tenemos un reparto de ensueño.
Vamos de figurones amadísimos como Oscar Jaenada (“Luis Miguel, la serie”), Margarita Rosa de Francisco (“Café con aroma de mujer”), Alejandro Calva (“La reina del sur”), Sebastián García (“¡Que viva México!”) y “El Diablito” (“Motel Diablito”) a unos lanzamientos que van que vuelan para ser algo mil veces superior a lo que fueron, en su momento, el gran Juliancito Bravo y la inolvidable María García.
¿Cuál es la nota? Que estamos ante un trabajo muy interesante en términos de dirección de arte (Denise Camargo).
Más allá de los productores (Samuel Duque, Harold Sánchez y muchos más), los directores (J.M. Cravioto), los escritores (Gabriel Patosky y Verónica Eibuszyc) y hasta los actores, esto se ve hermoso.
No me quiero ni imaginar cómo se construyó cada espacio, cómo se diseñó el vestuario ni cómo se decoró cada lugar. Esto es 100 por ciento competitivo contra lo mejor de lo mejor que se está haciendo en el mundo entero. En serio.
Sí se siente el espíritu de Disney como sí se siente el espíritu de Disney cuando hablamos de rescatar y de adaptar lo mejor de la literatura infantil y juvenil de todos los tiempos.
Luche con todas sus fuerzas por ver “Viaje al centro de la Tierra” en Disney+. Usted decide si lo hace por las malas o si lo hace por las buenas.
Yo sólo le digo que aquí hay material para dar y regalar, y que algo así merece ser visto y generar no una sino muchísimas temporadas más porque si algo es grande son las obras de Julio Verne. ¿O usted qué opina?