Qué mala idea la de Andrés Manuel López Obrador de estar mandando mensajes de lo bien que le va con su COVID.
¿Por qué? Primero, porque es como si él supusiera que el pueblo de México está angustiadísimo haciendo cadenas de oración por su salud.
Y, segundo, porque es una falta de respeto monumental tanto para los que no la están pasando tan bien como para los que están sufriendo por una prueba o por una consulta médica.
Se vea por donde se vea, esto es arrogancia pura, algo que rompe por completo con la imagen de humildad que el presidente ha pretendido manejar desde que tomó posesión.
¿Cuál es la nota? Que esto era lo que odiábamos de Enrique Peña Nieto: su vanidad.
AMLO está cada vez más cerca de los errores de comunicación de aquellos políticos a los que tanto atacó, que de los elementos que lo hicieron ganar la elección en 2018.
Hagamos memoria: el pueblo de México estaba muy molesto con los expresidentes del PRI y del PAN porque vivían en una realidad aparte invirtiendo en obras caprichosas y volviéndose célebres por sus frases de color.
¿Acaso Andrés Manuel López Obrador no vive en una realidad COVID muy aparte en Palacio Nacional?
¿Acaso su prioridad no son sólo sus muy caprichosas obras como el aeropuerto, la refinería y el tren maya?
¿Qué diferencia hay entre sus frases de color y las de Peña Nieto, Calderón y Vicente Fox? ¿Ahora entiende la magnitud del problema?
No, pero espérese. Se pone peor. Ni Fox, ni Calderón ni Peña Nieto tuvieron al pueblo de México padeciendo los horrores que miles de personas están padeciendo hoy por una prueba de COVID, por una consulta médica o por un medicamento.
Por más bonito que esté el nuevo aeropuerto, por más moderna que vaya a estar la refinería y por más rápido que vaya a correr ese tren, si la gente está sufriendo, esto no está funcionando.
Es como volver a los tiempos de Porfirio Díaz. Es inhumano.
¿Pero sabe qué es lo más triste? Que nuestras autoridades tuvieron tiempo para impedir que llegáramos a esta cantidad de contagios y a estas multitudes desesperadas clamando por atención.
¿Y qué hicieron? ¿Usted vio algún tipo de campaña de prevención, supo de alguna medida o vio que se realizara alguna inversión en el sector salud?
Nada. Al contrario, volvemos a la arrogancia, al “yo no me pongo cubrebocas”, al “a mí no me va a pasar nada” y, peor tantito, al “si a mí no me pasa nada, lo demás no me interesa”.
Es una vergüenza que nuestras máximas autoridades se hayan contagiado por segunda ocasión de COVID porque si ellas, que tienen toda la información y todos los recursos, caen en esto, ¿qué podemos esperar los simples mortales?
¿Cuál es el mensaje? ¿Dejémonos contagiar? ¿Entreguémonos al COVID?
Todo es comunicación y los mensajes que se nos han enviado en los últimos días han sido tan malos que cada vez que sale un político a anunciarnos algo, la gente, en lugar de hacerle caso, desconfía, entra en pánico y hace exactamente lo contrario.
Qué mala idea la de Andrés Manuel López Obrador de estar mandando mensajes de lo bien que le va con su COVID.
Qué mal manejo de la comunicación el de nuestras autoridades, en general, en este momento tan delicado cuando más necesitados estamos de atención, certeza y esperanza. ¿O usted qué opina?
alvaro.cueva@milenio.com