Lloré de la emoción. Me tuve que ir corriendo al final de la visita para que los demás no se dieran cuenta. En serio. Jamás me había sentido tan orgulloso de ser mexicano.
No me cabe en la cabeza que los medios de comunicación y que las redes sociales no estén volcadas con júbilo para cubrir este momento fundamental en la historia de nuestro país.
Yo lo único que le digo es que el día que usted vaya cambiará su vida y experimentará una satisfacción única a nivel mundial.
¿De qué le estoy hablando? De Chapultepec, Naturaleza y Cultura, un proyecto prioritario del Gobierno de México.
Si me permite, se lo voy a traducir a como hablamos usted y yo: es todo lo que se está haciendo en el Bosque de Chapultepec. ¡Todo!
Tuve el gran honor de hacer un recorrido por lo que ya está, por lo que se está construyendo y por lo que se va a entregar en muy poco tiempo y estallé en felicidad.
Es demasiado hermoso para ser cierto, pero es cierto. Ahí está. No es una promesa. Es algo tangible, algo que millones de personas ya están disfrutando, que le está cambiando la vida a cientos de miles de familias que antes ni siquiera se podían acercar ahí.
Y no importa si usted vive en Tijuana, en Chetumal o en cualquier otro rincón de la nación. Es algo importante para usted, para todas y para todos en este país.
¿Cuál es el problema? Que a diferencia del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, del Tren Maya o de otros proyectos prioritarios de la Cuarta Transformación, aquí no estamos hablando de una obra.
¡Son decenas de obras! Es como si el gobierno estuviera construyendo una ciudad en tiempo récord. Es imposible abarcarlo todo en una columna o en un libro.
Se necesitaría una saga bibliográfica, una serie documental o algo así de grande para hablar de lo que se hizo en cada museo, en cada teatro, en cada parque más lo que se está haciendo en cada pabellón, en cada calzada, en cada puente más todo lo demás.
En verdad esto es una locura. Jamás en la historia de México se había levantado un proyecto ecológico y cultural tan gigantesco. Ni en los tiempos de José Vasconcelos.
Chapultepec, Naturaleza y Cultura es el bosque cultural más grande del mundo. Son 800 hectáreas. Esto es casi 15 veces el tamaño de Central Park en Nueva York. Es más de 18 veces lo que mide todo Magic Kingdom en Disney World.
No existe nada igual, es nuestro y es un éxito porque si usted, como yo, ha ido al Complejo Cultural Los Pinos, ha ido a las obras en el Centro Cultural del Bosque o simple y sencillamente ha paseado por ahí, habrá constatado que el pueblo de México ya se apropió de eso, de eso que estaba a nada de venderse en cachitos para convertirse en tiendas de lujo y edificios de departamentos.
Para efectos prácticos, no le voy a hablar de lo que ya le he hablado o de lo que ya conocemos como el Cencalli, la Calzada Flotante o el Centro de Cultura Ambiental.
Fui a la cuarta sección, al antiguo Campo Militar 1-F, y me quedé con la boca abierta. Lo que se está haciendo con la Ex Fábrica de Pólvora es espectacular. El rescate de la Ermita Vasco de Quiroga (que iba a ser demolida) es un logro épico.
Nadie me lo contó. Yo vi a las familias del Pueblo de Santa Fe empoderándose a través de la cultura en ese sitio. Vi a las niñas y a los niños, a los jóvenes y a los adultos mayores.
Y si no estaban tomando clases de pintura, estaban aprendiendo música, diferentes tipos de danza y un montón de actividades más.
¿Entiende usted el valor simbólico de que un espacio donde antes se fabricaba pólvora esté sirviendo ahora para promover el arte y la cultura?
No y espérese. Todavía ni empiezo. Conocí lo que será la nueva Cineteca Nacional. Hasta entré a una sala y la vi funcionar.
La nueva cineteca es tan innovadora, tan perfecta, que va a tener una sala al aire libre que va a trabajar con una tecnología tan avanzada que las multitudes van a poder ver cine no sólo de noche. ¡También de día!
Y esto conecta con una escuela que va a formar a las nuevas generaciones en todo lo que tiene que ver con los oficios vinculados al cine y a otras manifestaciones artísticas.
Ahí van a poder estudiar los nuevos escenógrafos, los nuevos iluminadores, los nuevos sonidistas, los nuevos editores. ¡Todos! ¡Con el respaldo de las mejores escuelas de cine y de arte que tenemos en la actualidad!
De ahí me fui a la Bodega Nacional de Arte, la envidia de las más grandes potencias artísticas del planeta.
No sólo se trata de espacios minuciosamente diseñados para proteger el patrimonio artístico de la nación (no es lo mismo preservar un escudo de arte plumario del México prehispánico que una fotografía de principios del siglo XX), se va a poder visitar.
¡Es el paraíso de los restauradores! ¡El lugar más seguro de la nación!
Hay tanto que decir del profesionalismo detrás de cada construcción, del respeto a la naturaleza.
¿Se acuerda usted de aquellos parques acuáticos abandonados que estaban en la inaccesible tercera sección del Bosque de Chapultepec?
Ahora son el Parque de Cultura Urbana (PARCUR), un conglomerado de espacios dedicados a las culturas urbanas y juveniles. Yo vi a las chavas y a los chavos patinar, tomar clases de muralismo, hacer acrobacias.
El trabajo de los Semilleros Creativos ahí es impresionante. ¿Me creería si le dijera que vi a unas niñas chiquititas practicando danza contemporánea?
Sí es importante que se lo diga porque antes aquello era inaccesible por el abandono, por la inseguridad y por el pésimo estado de la naturaleza.
Hoy se puede ir en familia, en silla de ruedas y conectar con algo que me enloqueció de tan bonito: Serpientes y Escaleras.
¿Qué es esto? Yo lo defino como un circuito de veredas, escalinatas y puentes que une lugares otrora desconectados del Bosque de Chapultepec hasta construir una maravillosa experiencia de contacto con la naturaleza.
Es un lugar ideal para ir a caminar, a meditar o simple y sencillamente a hacer un picnic. Qué pena tener que decirlo pero eso, hasta hace muy poco tiempo, hubiera sido inimaginable.
Quedó hermoso. Me sentí en China. Me sentí en Francia. Perdón, pero es que yo no tenía referentes mexicanos de algo así y ahora, gracias a esto, ya los tengo y los puedo presumir.
¿Ahora entiende cuando le digo que lloré de la emoción? Imposible estar ahí y no sentirse orgulloso de ser mexicano. Imposible estar ahí y no quedar marcado por la belleza.
¿Por qué le estoy escribiendo esto cuando las cosas están tan difíciles? ¿Por qué precisamente hoy y no antes o después?
Porque para mí también es importante sensibilizarlo sobre esto e informarle de lo que otros colegas no quieren o no pueden.
Pero, además, porque en unos cuantos días el presidente dará nota alrededor de estas obras que incluyen una nueva línea del cablebús que conectará por primera vez en la historia las cuatro secciones del Bosque de Chapultepec.
Luche con todas sus fuerzas por acercarse a Chapultepec, Naturaleza y Cultura. Le va a gustar. De veras que sí.